En fiestas
Como todos los años, estoy disfrutando del otrora fresco de un lugar a unos 700 metros de altura y de sus fiestas locales de agosto. Hay actividades varias, desde juegos acuáticos en la piscina municipal, cursos de pintura, yincana, torneo de ajedrez, teatro infantil... Es un buen momento para socializar con gente del pueblo en la época vacacional. Hasta aquí todo son elogios. Sin embargo, como en casi todas las fiestas en España, hay un recinto con bares y comida y la música suena hasta las ocho de la mañana siguiente. En estas mismas páginas no hace mucho hubo un artículo hablando del gran problema del alcohol y los adolescentes de hoy en día. ¿Estamos mandando un buen mensaje a estos jóvenes teniendo abierto el recinto hasta las tantas y fomentado el beber? Yo abogo por unos horarios más razonables, acordes con el resto de Europa y que permitan dormir a quienes trabajan.— Charlotte Stern Barkerding. Murcia.
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