Solo espero no contagiarme
Soy madrileña por azar, en algún sitio hay que nacer, y en agosto me voy a Bolivia por razones que poco importan. El caso es que necesito vacunarme de Hepatitis A y Madrid está desabastecido de esta vacuna desde enero. No hay. Tirando de contactos me entero de que tienen en la Comunidad Valenciana, así que allí envié mi receta del Centro Internacional de Vacunación de Madrid con la ingenua pretensión de comprarla y que me la enviasen. No era fácil, pero creí que el problema estaba solucionado; error: solo me la facilitan si resido o estoy empadronada en esa comunidad. Y yo me pregunto, el Estado de las autonomías ¿no debería servir para dar más servicios a los ciudadanos, y no menos? ¿Qué es lo próximo? ¿Que la sanidad pública que financio con mis impuestos solo me atienda dentro de mi comunidad? Por madrileña, soy española, y tendré que ir a Bolivia sin vacunar porque mi país y los servicios que presta a sus ciudadanos parecen liados en un sinsentido. Indignada estoy, casi a un paso de estar avergonzada, y a ninguno de un cabreo monumental.— María Jesús Sacristán. Madrid.
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