9 fotosLa ‘cuna’ de Perú para los niños con menos recursosUn programa pionero busca luchar contra los problemas de desarrollo en los tres primeros años de los pequeños en las comunidades más desfavorecidasPablo LindePerú - 20 jul 2017 - 00:16CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceFrancisca Quispe, una de las facilitadoras de Cuna Más, acude cada semana a la casa de Lidia Dueñas, un hogar humilde construido con ladrillos de adobe en el distrito de Lucre, provincia de Quispicanchi, a 45 minutos de la turística ciudad de Cuzco. En el patio de suelos terrosos de la vivienda de Dueñas hay un un colorido espacio de juego para Jose Orlando que, con un año y medio, es el pequeño de la familia. Al llegar la facilitadora a casa, todos se lavan las manos y empieza el juego, que se basa en una constante comunicación oral con el niño mientras manipula objetos, come, gatea y ríe con las canciones que le cantan. “Yo no dejaría a mi hija en una guardería, no la van a cuidar igual y se va a enfermar”, dice María Elena Valencia, otra de las madres —los padres a veces también participan, pero en mucha menor medida— que recibe asistencia domiciliaria con el programa Cuna Más en Lucre. El programa de cuidado diurno, donde está esta niña, atiende a unos 53.000 pequeños, la idea es doblarlo al final del presente Gobierno [teóricamente en 2021]. En el acompañamiento en los hogares se atiende a 90.000 familias. Cuna Más también está siendo utilizado para luchar contra uno de los grandes problemas que tienen la infancia del país: la anemia. Un 44% de los menores de tres años la padecen, lo que contribuye sustancialmente al retraso en el desarrollo físico y cognitivo. En el centro de día preparan cada día menús equilibrados con este objetivo. Los centros de día del programa no solo son un apoyo para la infancia, sino también para la inserción laboral de las mujeres, que en estos entornos son a menudo reacias a dejar a sus pequeños con desconocidos. Las cuidadoras de los centros de día son madres voluntarias que reciben un pequeño estipendio en compensación por su labor. En los centros, la filosofía es la misma que las facilitadoras aplican en las casas, potenciar el juego y la conversación para que, junto a una alimentación equilibrada, los niños con menos recursos de Perú no tengan todavía más desventajas que las que supone la falta de dinero.