Shia LaBeouf pasa de rebelde a racista
El actor descubierto por Steven Spielberg vive cada vez más inmerso en los infiernos. El último capítulo de su historia una detención con insultos xenófobos
La ascensión de Shia LaBeouf a la cima de Hollywood fue meteórica pero su caída es en estos momentos interminable. El alevín que Steven Spielberg descubrió hace ya más de una década con la multimillonaria saga de los Transformers no para, pero en sentido contrario, cayendo en barrena. El último capítulo ha sido su arresto en Georgia (EEUU) cuando insultó a un policía que se negó a darle un cigarrillo. La detención tuvo lugar la mañana del sábado por escándalo y embriaguez en la vía pública. Pero el último pecadillo pasa de rebeldía a racismo ahora que se ha divulgado el audio de su arresto en el que se oye cuando la verborrea imparable de este intérprete de 31 años se torna contra los policías reprimiéndoles por arrestar a alguien de su “misma” liga. “¿Arrestas a un blanco, por qué? ¿Por pedirle un cigarrillo a un negro?”, dijo mientras era conducido en el coche de la policía. Su tono no cedió una vez llegó a la comisaría, insultando a diestro y siniestro, blancos, negros, hombres o mujeres.
A juzgar por las sonrisas de los agentes, esta no es la primera vez que escuchan esta sarta de improperios y menos aún de labios de LaBeouf. El actor californiano saltó a la fama con su propio equipaje. Hijo de padres divorciados, le gustaba hablar sobre el pasado hippie de sus progenitores, sobre la drogadicción de su padre, veterano de guerra que le llegó a apuntar con una pistola, y de cómo acabó siendo criado por un tío carnal porque era el único que podía mantenerle.
Pero con cada uno de sus éxitos, con cada elogio a su talento como actor en una carrera en la que ha trabajado con Spielberg, Michael Bay, Oliver Stone, Lars von Trier o Brad Pitt, entre otros, llegó el escándalo. Solo en lo que va de año, el hijo de Indiana Jones ha sido arrestado en el transcurso de una protesta contra Trump en la que arañó a un viandante. Los paparazzi también le vieron hace unas semanas bajarse los pantalones y orinar en público en la playa. Con anterioridad ya había orinado contra la pared de un restaurante en 2014. Ese mismo año también le arrestaron por comportamiento ebrio y colérico en un pase del musical Cabaret.
A todo ello hay que añadir cuando monta el número por amor al arte, como demostró a su paso por el Festival de Berlín con una bolsa de papel en la cabeza en la que se leía “ya no soy famoso”. LaBeouf ha anunciado en varias ocasiones que abandonaba la vida pública. O que abandonaba la bebida, ingresando voluntariamente en un centro de desintoxicación. Ni uno ni otro parece haber dado resultado y hoy vuelve a estar en libertad tras pagar una fianza de cerca de 7.000 euros por su último escándalo.
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