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Tentaciones

Guionista, actriz, directora y 'millennial': Elena Martín nos habla de su película Júlia Ist

La protagonista de Las amigas de Ágata estrena su ópera prima. Una cinta que escribió, dirigió y protagonizó rodeada de amigos y sin prisas. Charlamos con ella sobre las preocupaciones existenciales de su generación

En 2014, Elena Martín protagonizó Las amigas de Ágata, un largometraje dirigido por Laia Alabart, Alba Cros, Laura Rius y Marta Verheyen, que pronto dejó atrás su estatus de trabajo de fin de grado para convertirse en la película generacional que todos los festivales de cine quisieron proyectar.

Tres años después, el pasado marzo, Martín presentaba en el Festival de Málaga su primer trabajo como directora, Júlia Ist.  En la cinta, a ratos autobiográfica, interpreta a una joven que abandona Barcelona para vivir un año con una beca Erasmus en Berlín. Júlia es una estudiante de arquitectura barcelonesa, que vive en un entorno privilegiado y que aún no sabe lo que quiere; después de su estancia fuera, empezará a comprenderlo.

Hablamos con la cineasta sobre la hermandad entre mujeres, los beneficios de trabajar entre amigos y sus próximos proyectos en el teatro y el cine.

Eres la protagonista de Las amigas de Ágata, cuéntanos cómo viviste la experiencia y cómo fue aquel rodaje.

Fue la primera vez que interpretaba un papel en un largometraje. Todas aprendimos mucho porque teníamos nuestras propias normas y construimos una forma de rodar propia. Estuvimos ensayando mucho tiempo, forjando relaciones y entendiendo a los personajes; y luego, en el momento de rodar, nos movimos libres ante la cámara, siempre guiadas por la estructura que marcaban las directoras.

En Júlia Ist ejerces como guionista, actriz y directora. ¿Siempre tuviste claro que no te pondrías límites?

Durante la carrera teníamos una especie de productora con unos amigos. Era muy inocente: hacíamos vídeos promocionales, videoclips, etc... Así que en este contexto ya había dirigido, pero no había hecho nada más. He estudiado teatro desde pequeña y siempre me ha gustado mucho el cine, por esto decidí estudiar Comunicación Audiovisual y Arte Dramático. Me motiva mucho encontrar la manera de compaginar distintas disciplinas. 

En la película he trabajado con mucha gente del teatro y en el laboratorio teatral en el que trabajo, Els Malnascuts, siempre buscamos a gente de otros ámbitos, como por ejemplo del cine. Allí llevo a cabo la asesoría artística y la producción. Necesito expresarme y tanto el cine como el teatro me parecen herramientas muy bonitas porque es con el trabajo en equipo y la adrenalina de la creación en donde me siento cómoda, independientemente de la posición que ocupe.

"Sólo cuando no tenemos que preocuparnos por la mera supervivencia, podemos perdernos por los caminos de las preguntas existenciales y los dramas emocionales"

Tanto la historia que se cuenta en Júlia Ist como la que se narra en Las amigas de Ágata tratan las vidas de chicas jóvenes y privilegiadas. Comentabas que en tu película se critica el egoísmo y quizás la inmadurez de Júlia. ¿Es en cierto modo una autocrítica?

Totalmente. Intentamos hacer un análisis de lo que fue para nosotros el viaje. Y uno de los motores emocionales más importantes fue la decepción con uno mismo por no ser capaz de enfrentarnos a cosas que en principio nos parecían sencillas y obvias. Así que desde el punto de vista del personaje, está implícito que los problemas a los que se enfrenta Júlia no son graves. Aún así, también creo que es sano dar legitimidad a este tipo de crisis emocionales o de identidad.

Sólo cuando no tenemos que preocuparnos por la mera supervivencia, podemos perdernos por los caminos de las preguntas existenciales y los dramas emocionales. Pero eso también somos nosotros. Es muy necesario aprender a tomar distancia y relativizar nuestros dramas, cosa que yo creo que vamos aprendiendo cuando avanzamos hacia la madurez, pero es igual de importante reconocer que los conflictos emocionales existen y también son válidos.

¿Crees que son historias universales o afectan solo a una parte de la población, de clase media?

Me parece peligrosa la generalización, cada uno conectará o no conectará por sus propias experiencias, o por la afinidad con las preguntas que se plantean. Yo pensaba que la historia afectaría sobre todo a mi generación e incluso a un grupo más restringido: los que han vivido fuera como Erasmus. Con el recorrido de la película vamos constatando que gente muy distinta con experiencias diferentes conectan con la sensación de tránsito y de estar desubicado. Lo que sí que está claro es la definición del personaje: es una chica de clase media, media-alta.

Si a partir de aquí, el espectador se siente directamente alejado, puede que no conecte. Pero si se ve la película entendiendo el recorrido emocional, que ha sido siempre nuestra guía, se trata de una sensación muy compartible: ser nuevo en la ciudad y sentirse desconectado.

No sé si también existe una cierta idiosincrasia catalana en Júlia, un modo de ver la vida diferente. ¿Crees que es así?

Todas las culturas y las lenguas construyen maneras de hacer propias.

¿Júlia está matando al padre de manera metafórica?

Creo que aún está probando el agua con la puntita del pie; está entendiendo por primera vez que en algún momento habrá que matar al padre, pero aún no ha llegado a ese punto. Hay cosas que preceden a este momento: entender tu dependencia de las relaciones románticas o tu miedo a estar sola y enfrentarte a tus inseguridades. Creo que son pasos hacia esta nueva manera de relacionarte con tus padres y, por extensión, contigo misma y con el mundo. Este proceso vendría a la vuelta, cuando realmente vuelve a convivir con sus padres, pero esto ya es otra película. Que, por cierto, me parecería muy interesante.

¿Consideras que los millennials tenemos más dificultad a la hora de hacerlo porque se nos ha sobreprotegido?

En mi caso, me han protegido, pero a la vez han confiado mucho en mí y nunca me han puesto unos límites severos. Es complicado porque no tuve una figura de poder contra la que luchar o una incomunicación con la que frustrarme. Yo idealizo mucho a mis padres, pero creo que el proceso consiste en entender que son personas con sus virtudes y sus defectos, y que la relación tiene que evolucionar hacía una situación de horizontalidad y no de dependencia. Es muy fuerte el pensamiento de que han hecho tanto por ti que nunca vas a poder devolvérselo. A mí me genera mucha presión.

"Se suele perpetuar la idea de que las mujeres tienen que luchar entre ellas para conseguir la aprobación de los hombres. Y tenemos esta suposición culturalmente muy integrada"

En tu película, las chicas interactúan entre ellas y se hacen muy amigas. ¿Esta hermandad surgió de manera natural o fue algo buscado?

Esta hermandad es muy común en la vida real, pero se suele perpetuar la idea de que las mujeres tienen que luchar entre ellas para conseguir la aprobación de los hombres. Y tenemos esta suposición culturalmente muy integrada. Para mí, la lucha feminista en mi entorno pasa en un 80% por ser hermanas y no contrincantes. Porque no es lo que queremos, es lo que nos han vendido. Yo tengo esta relación con las mujeres que conozco y desde hace unos años conecto mucho más rápido, de primeras, con una mujer que con un hombre. Y eso me gusta. En la película ha salido de forma natural y hemos decidido subrayarlo en la parte de verano.

Me gustó mucho el momento en el que Júlia le dice a su ligue que está harta de que pase de ella. ¿La concebiste como una escena empoderadora?

Es un momento que me parece muy interesante porque es muy ambiguo. Ella le está pidiendo respeto a él, pero ella tampoco se ha estado respetando. Y la discusión es compleja porque los argumentos de él son totalmente válidos y sinceros, pero todos entendemos que no la ha valorado en muchos momentos de la película. Creo que hay que luchar para que las mujeres puedan tener ese espacio para equivocarse, escucharse y tomar sus propias decisiones. Y por eso era importante el tema de la dependencia emocional, porque no es posible tomar una decisión propia si no se tiene la sensación de que es legítimo estar sola y no hay que gustar a un hombre para estar segura de una misma. Puede parecer algo obvio y que ya hemos superado, pero las chicas jóvenes pasan inconscientemente por este proceso, porque hemos estado bebiendo de esta idea mucho tiempo.

¿Cómo es trabajar con tus amigos? Cineastas como Oliver Laxe o Jonás Trueba suelen hacerlo en sus películas. ¿Es algo buscado o son falta de medios?

Sin duda fue algo que surgió de forma natural y que fue lo más cómodo e inmediato. Tengo la suerte de contar con amigos íntimos de la infancia que demuestran un gran talento en la interpretación, como Laura Weissmahr, que es mi mejor amiga tanto en la realidad como en la ficción. Además, he tenido la suerte de trabajar con mis compañeros de la carrera, que sentían la misma necesidad de contar esta historia y con los que he tenido la sensación de haber colaborado de igual a igual. Gracias a la confianza y la pasión que se genera al trabajar con tu grupo de amigos cercanos puede surgir una intimidad y un compromiso únicos que hace de esta película algo diferente.

¿Cuáles son tus directores favoritos?

Me gusta cine muy distinto: desde Mia Hansen-Løve a Yorgos Lanthimos o Roy Anderson, y todos ellos son muy particulares. Me han fascinado películas de Léos Carax y también la de Lena Dunham [Tiny Furniture]. Para la película, las influencias proceden sobre todo del cine intimista y natural, y de la estética de Mia Hansen-Løve y, por otro lado, del mumblecore americano en general.

¿Has pensado en tus próximos proyectos?

Quiero seguir haciendo cine y teatro, dirigiendo y actuando, pero ¡no necesariamente a la vez! Ahora mismo estoy co-dirigiendo una obra de teatro que se estrena en septiembre en Fira de Tàrrega y luego en otoño iré con la obra de teatro, Like si lloras, a Berlín. En el ámbito audiovisual tengo un par de proyectos por concretar que me apetecen mucho, pero es demasiado pronto para comentarlos.

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