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Tentaciones
Lo que hay que ver

Cistitis y reggaeton: así es la artista Klari Moreno

‘Clara te canta’, autora revelación en el Expocómic de 2016, triunfa con su nuevo proyecto musical. Una mezcla castiza de sensibilidad y elegancia trash

De pequeña tocaba la guitarra, pero en algún momento de su juventud la abandonó porque era “una adolescente boba”. Por suerte, hace un año, con la ayuda de un amigo que le dio clases y le enseñó de nuevo los temidos acordes, empezó (sin saberlo) su nueva faceta musical. Cuando logró aprender las primeras notas,comenzó a mandar audios a sus amigas por Whatsapp para contarles todo aquello que se le iba ocurriendo. “Cosas tontas, consejos”. Después de aquello, todo llegó muy rápido: primero, su primer concierto en el Wurlitzer (Madrid) para celebrar el cumpleaños de un amigo y después una serie de actuaciones en cadena. Y Klari Moreno aun no se explica cómo lo ha hecho.

Por votación popular, hoy formará parte del cartel del fin de semana del Orgullo. El secreto de Klari es que apela a su generación, la de los millennials, pero no se parece a nada ni a nadie que hayamos visto antes: es una mezcla castiza de sensibilidad y elegancia trash. Charlamos con ella sobre la autoedición, la importancia de conectar con su público y su nuevo libro de historietas, Ya será.

Se asume que a las mujeres se nos permiten actividades como la ilustración o la escritura, pero subirse a un escenario ya resulta más transgresor.

Ser dibujante es un trabajo muy solitario y encima de un escenario te expones a un montón de opiniones gratuitas por el hecho de ser mujer. Sé perfectamente que no solo se me juzga por el espectáculo y eso es un poco duro. Porque además de ser bastante mediocre, voy sola, y eso incrementa mi pavor durante las pruebas de sonido, con técnicos que suelen juzgarme y soltarme algún comentario 'machistorro', desagradable y gratuito. ¡Pero cuando han sido majos lo he agradecido mogollón! Aun así, cuando actúo lo paso increíblemente bien, lo doy todo y creo que eso la gente lo aprecia; salgo del concierto emocionada, divertida y exhausta. Me apasiona, disfruto como en ningún otro lado, es un subidón.

¿Por qué es casi imposible encontrar influencias en este proyecto?

Realmente hago lo que puedo y trato de ser lo más sincera posible. Me encanta ver las cosas con frescura, pasármelo bien y comunicar. Para mí el arte tiene que ser honesto. Además, soy puro nervio, no paro de escribir letras; quiero probarlo todo y tocar todos los estilos (tengo temas más folkies, alguno de hardtech, reaggeton, punk...). Me lo paso demasiado bien como para no hacer cosas, ¡crear me da la vida!

¿Cómo crees que es el público que te sigue?

No tengo la más mínima idea, pero a esa gente la adoro con locura. Conectar con el público es lo que le da sentido a todo lo que hago, y no sólo en la música sino también cuando se trata de mis lectores y lectoras en mi faceta como dibujante de tebeos. Comunicar y divertirse para mí es esencial.

¿De qué hablas en tus letras?

Hablo de las cosas que veo y que me ocurren: salir de fiesta, comer fruta, viajar a Murcia, bailar reaggeton, agarrarse una cistitis... pero sin drama, siempre procurando conservar el buen humor y llevando en la mochila el guateque. Intento componer siempre con una cierta autocrítica y, a veces, lo hago con aire de refranero. Para mí lo político está siempre presente, e intento contar mis encuentros con el feminismo y la sexualidad con buena leche. Y siempre con amor, hay que hacer las cosas con amor.

"Para mí lo político está siempre presente, e intento contar mis encuentros con el feminismo y la sexualidad con buena leche. Y siempre con amor, hay que hacer las cosas con amor"

¿Crees que dentro de la modernidad hay un cierto conservadurismo, que se ha colado incluso en aquello que es en sí mismo revolucionario, como el punk o los fanzines?

Supongo que por muy underground que sea un ambiente, dinámicas tóxicas de poder y machismo las hay en todas partes. Pero en mi caso, siempre acabo haciendo lo que puedo y sé, me da bastante igual. Lo bueno del 'hazlo tú mismo' es que es resulta realmente empoderador.

Dices que entiendes la autoedición como un acto político.

Creo que desafía la institución, porque en cierta manera se crea y se genera contenido sin un filtro más allá del individual. Autoeditarse -ya sea haciendo un fanzine o grabándose en casa- no solo genera mucha independencia, también es un trabajo de autoaprendizaje sanísimo. Y si no tienes demasiados medios para crear, ¡tampoco pasa nada! Apáñate como puedas, lo importante es que no se quede nada en casa por miedo; insisto en que es esencial compartir. No prives a la gente de tus creaciones porque el arte puede ser muy bondadoso.

¿Cómo se toma el sector masculino tu propuesta musical?

Algunas de mis letras son cochinas, borricas, otras abiertamente ácidas con lo comportamientos machistas, pero siempre intento hablar de ello como si se lo estuviese contando a un amigo: con humor y metiendo caña.

¿Qué nos vamos a encontrar en el nuevo libro que acabas de publicar?

Libros de Autoengaño ha editado una pequeña recopilación de tebeos que he ido dibujando a lo largo de los últimos cuatro años. El libro se llamaYa será y contiene una serie de historietas: la mayoría mudas, algunas en color y otras en blanco y negro. Hay páginas en las que aparecen perros que vuelan, viñetas que son metáforas sobre las relaciones interpersonales y superheroínas feministas. Está dibujado con mucho cariño. Además, hay un cómic en acuarela que ha guionizado El Torres.

Hay un vídeo tuyo de pequeña en el que bailas con unos amigos Vas a volverme loca, de Natalia. ¿Siempre has sentido la necesidad de actuar ante un público?

Adoro bailar y cantar, performar, dar charlas y talleres. Mi madre es librera y, desde hace mucho tiempo, tengo cierta facilidad para estar de cara al público... A lo mejor tiene que ver con eso. Pero antes de un concierto hiervo de nervios... Después me lo paso tan bien que se me olvida todo y pierdo la vergüenza. ¡Para mí conectar con el público es oro, una sensación increíble!

Pareces una persona muy segura, pero ¿cuáles son tus miedos e inseguridades?

Soy muy despistada y tengo bastante pavor de mí misma. Soy un poco desastre ¡pero estoy madurando! Y obviamente, supongo que como a la mayoría de los artistas, tengo miedo de que mi propuesta no guste. Soy muy exigente conmigo misma y a veces tengo el síndrome de la impostora pero, poco a poco, me lo estoy trabajando.

Tus ilustraciones son súper elegantes. ¿Cómo conviven lo más trash y lo más sutil en tus manifestaciones artísticas?

Supongo que son facetas que se complementan. Para mí dibujar es un trabajo muy solitario que implica a la parte más elegante y trabajadora de mí misma. Dibujo sin parar y en cualquier momento. Adoro dibujar con muy pocos trazos, la fluidez de la acuarela, perderme con las tramas y los rotuladores... El dibujo me transporta a lugares muy profundos y maravillosos. Componiendo comunico otras cosas, quizás menos abstractas. Cojo la guitarra, o una base que me hace Hernän (Losing Followers) y le doy vueltas; escribo cosas que he oído o que me llaman la atención, canturreo, grabo con el ordenador y listo. No pierdo el tiempo ni me frustro.

Te gusta vestirte de madrileña castiza para actuar, ¿cómo entiendes lo castizo? ¿Es algo inseparable de ti y de lo que haces?

¡Soy madrileña y me encanta todo lo que eso implica porque Madrid me flipa! Creo que es una ciudad muy dura y amable al mismo tiempo y no sé cómo lo hace. Por otro lado disfrazarme y despistar siempre me gusta. ¡Tengo un clavel de plástico que suele acompañarme a los conciertos!

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