Creada una vacuna contra la gripe que se aplica con un parche
El método es indoloro y genera una inmunización tan eficiente como la vacuna tradicional
Un equipo científico estadounidense ha creado un parche de microagujas para sustituir el tradicional pinchazo de una jeringa a la hora de vacunarse. Se trata de una tirita con un centenar de agujas, tan finas como un cabello, en el lado adhesivo que penetran en la superficie de la piel. El invento ha superado con éxito las primeras pruebas clínicas de la vacuna contra la gripe, cuyos resultados han sido publicados en la revista médica británica The Lancet. El parche perfora las capas superiores de la epidermis, mientras que la inyección regular de la gripe llega hasta el músculo. Los investigadores del Instituto Tecnológico de Georgia (conocido como Georgia Tech) y de la Universidad de Emory, responsables por el estudio, creen que el invento podría ayudar a aumentar la inmunización de la población, incluso la de los niños y demás pacientes que temen las agujas.
"El parche ofrece la misma protección que una vacuna tradicional, pero sin dolor. Hay que aplicarlo en la muñeca y hacer suficiente presión para asegurarse de que las microagujas penetrarán la piel. Después de 20 minutos, se quita el parche. En ese momento, las microagujas se habrán disuelto entre la piel, junto con la vacuna", describe en un correo electrónico la doctora Nadine Rouphael, una de las líderes de la investigación. Rouphael defiende que la mejora con respecto a los métodos tradicionales es que los parches son lo suficientemente simples como para que cualquier persona se lo pueda aplicar a sí mismo y no necesitan almacenarse en frío (son estables a 40ºC durante un año). "No genera desperdicios agudos, lo que permite que las personas se vacunen en casa. Podría ser una ventaja para la gripe pandémica donde la vacunación masiva es necesaria", señala.
Cien personas de entre 18 y 49 años, que no habían sido vacunadas contra la gripe en la temporada anterior, participaron en las pruebas. Se les dividió en cuatro grupos: uno recibió un parche placebo, otro la vacuna tradicional con inyección, otro tuvo el parche aplicado por un equipo médico y en el último, los parches fueron aplicados por los propios participantes. El nivel de anticuerpos con los componentes del fármaco en 28 días (una medición de la inmunogenicidad de la vacuna) fue el mismo entre todos los métodos de vacunación y no presentó efectos secundarios serios, aunque algunas personas experimentaron enrojecimiento, picor y sensibilidad en la zona de la piel donde se había aplicado. Más del 70% de los participantes afirmaron que en el futuro preferirían ese método a la inyección.
Los creadores del parche, cuya patente pertenece a la biofarmacéutica Micron Biomedical y que debe ser autorizado para el uso generalizado dentro de cinco años, trabajan en el desarrollo de versiones para el sarampión, rubeola y polio. El año pasado Estados Unidos ya aprobó una inyección de gripe con una microaguja que también promete eliminar el dolor, y científicos australianos crearon un nanoparche con agujas aún más pequeñas que las de esta vacuna para la gripe.
"Los resultados preliminares de esas nuevas vías de administración son bastantes buenos, la respuesta protectora es la misma, y eso abre las puertas para mejorar la cobertura a la población", comenta Amos García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología. La vacuna tradicional requiere un transporte especial para mantenerla en frío, además de que solo puede ser administrada en espacios médicos, lo que incrementa el costo y afecta su disponibilidad. Por esa razón, García señala que el nuevo método puede ser especialmente interesante para los países en vías de desarrollo.
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