Kim Kardashian y Kanye West inician el proceso de gestación subrogada

Los rumores se confirman. Kim Kardashian, de 36 años, y Kanye West, de 40 años, quieren tener un tercer hijo, pero esta vez la estrella de la televisión tendrá que hacerlo por medio de la gestación subrogada. Jamás fue un secreto que la empresaria y el cantante contemplaran esta opción. Incluso en marzo pasado, eun capítulo del reality Las Kardashians, la hermana mayor de Kendall Jenner explicó que en sus dos pasados embarazos tuvo un desprendimiento de placenta, un tipo de complicación que podría agravarse si se vuelve a quedar encinta.

“Quiero que mis hijos tengan otro hermano, pero los doctores me han dicho que no creen que sea seguro para mí”, decía en dicho episodio. Ya entonces hablaba de la posibilidad de iniciar un proceso de gestación por subrogación. “Creo que mi mayor miedo es que si acudo a una madre sustituta no sé si amaré igual al bebé. Y eso me asusta”, reconocía ante las cámaras de televisión.

Aunque la pareja no ha emitido ningún comentario al respecto, los tabloides estadounidenses dan por seguro que los padres de North, de 4 años, y Saint, de 18 meses, ya han comenzado el proceso, pues se ha filtrado un contrato que establece que el matrimonio pagará por el proceso de gestación subrogada 45.000 dólares (unos 40.400 euros). La revista People ha sido más cauta y nada más ha confirmado que los West han contratado a una madre por subrogación.

Según el documento al que ha tenido TMZ, la televisiva familia pagará un total de 45.000 dólares distribuido en 10 mensualidades. Uno de los apartados del documento que ha publicado el portal especializado en la vida, y secretos, de los famosos especifica que si llegaran a ser gemelos la madre recibirá 5.000 dólares extra por cada pequeño. Además, si llegara a verse afectado alguno de sus órganos reproductivos tendrá derecho a una indemnización de 4.000 dólares. El también diseñador y su esposa deberán dejar un depósito de 68.850 dólares a la agencia con la que realizarán el contrato.

La mujer debe aceptar, además, restringir su actividad sexual en las semanas que precedan a la fertilización, así como no tener relaciones sexuales tres semanas después de la implantación del embrión. Tampoco podrá ir a saunas, mantener contacto con gatos, teñirse el pelo o beber más de una bebida que contenga cafeína. Los demás requisitos son los consejos obvios que toda mujer encinta debe seguir: no puede fumar, beber o consumir drogas.