Mus, kalimotxo y LSD: la primera aventura gráfica ambientada en una universidad española
Hablamos con el creador de este videojuego -homenaje al filósofo Gustavo Bueno- inspirado en 'Monkey Island' o 'Indiana Jones y la Última Cruzada'
“En España todo lo ha hecho el Pueblo, y lo que el Pueblo no ha hecho se ha quedado sin hacer”, afirmó el filósofo Ortega y Gasset en 1922. Esa sentencia sigue vigente hoy en día, también con las nuevas tecnologías. Y entre ellas destaca el mundo del videojuego, en el que el 71% de las empresas de nuestro país cuenta con menos de 10 empleados, según un estudio.
El pueblo es, por tanto, quien toma la alternativa en la industria del videojuego en España. Y en él, un nombre destaca particularmente: Juan Carlos Buzón (Madrid, 1984), que ha creado su propia compañía unipersonal, Videojuegos Fermín, para desarrollar un juego… ¡sobre filosofía!
Se trata de Symploké: La Leyenda de Gustavo Bueno, un homenaje al filósofo riojano al estilo de las aventuras gráficas como Monkey Island o Indiana Jones y la Última Cruzada —pero sin tener que esperar minutos frente al mensaje Loading… . El juego es tan hilarante como sus congéneres de los años 90 y recrea una escena cotidiana: un estudiante “haragán y jaranero” necesita conseguir apuntes. En el primer capítulo, ya disponible en la web de Videojuegos Fermín, el protagonista recorre una facultad de Filosofía donde no falta un detalle: mus, kalimotxo, un camarero gallego, pintadas contra el patriarcado... e incluso un viaje de LSD.
El juego sale periódicamente por capítulos. La primera entrega ya está disponible para PC de forma gratuita
El resultado es algo muy entretenido, de dificultad asequible y un argumento cargado de detalles. Una mezcla entre filosofía y aventura gráfica que, cuando menos, despierta curiosidad. Su artífice se ha prestado a responder nuestras preguntas.
Un videojuego sobre Gustavo Bueno... ¿Qué puede esperar quien lo juegue?
Mi primera idea era hacer un videojuego de temática filosófica. Pero al poco tiempo supe que no quería caer en el topicucho didáctico de Sócrates, el "sólo sé que no sé nada", la filosofía como "amor a la sabiduría"... Ahí es cuando me viene a la mente Gustavo Bueno y todas las piezas me encajaron: podía centrar la trama en el presente, jugando -nunca mejor dicho- con la doctrina y el carisma de Bueno para tratar de acoplarlo a una narrativa que tiene componentes tan heroicos como lazarillescos. Queda, al final, una descripción de lo que puede llegar a ser una universidad española, en la manera en que el Quijote o Juan Belmonte no son el español medio real, pero sí arquetipos de lo que puede llegar a ser un español. El propio Gustavo Bueno es eso: un ultraespañol, un arquetipo de hasta dónde se puede llegar siendo español.
¿A quién crees que le puede interesar?
A todo ese espectro de gente que gusta de los cómics, las series (el juego se desarrolla en un formato por capítulos, tan de moda), el retrogaming, el mundo píxel... y luego a estudiantes y lectores de filosofía en general, claro.
¿Qué te dicen los fans de Gustavo Bueno? ¿Y los gamers? ¿Estás recibiendo muchos apoyos?
Ocurre exactamente lo que esperaba que ocurriera: división de opiniones. Entre los partidarios de Bueno, hay entusiastas que me dan la enhorabuena por el proyecto y gente que considera que esto es una frivolidad más dentro del vertedero pletórico posmoderno en que vivimos. Es normal y no me molesta en absoluto. Tanto los apoyos como las críticas al juego las recibo con agrado.
¿En qué te has inspirado? ¿Hay más videojuegos de filósofos?
Symploké: La Leyenda de Gustavo Bueno es el cauce donde se han vertido las ideas y los recursos estéticos de variopintas fuentes. ¿Influencias más reseñables? En lo estructural, Sierra, Lucasarts y Alcachofa Soft: básicamente, los padres de la aventura gráfica tanto fuera como dentro de España, respectivamente. Naturalmente, como bien dices, he jugado a decenas de aventuras suyas y de otras compañías.
En lo estético, los referentes son nuestros dibujantes del siglo pasado: Ivá, Nené Estivill, Miguel Ángel Gallardo, Joaquín Cera o el propio Ibáñez. Y a nivel filosófico el referente de esta aventura no puede ser otro que Gustavo Bueno, claro.
Y todo esto, ¿por qué?
¿Y por qué no? Me embarco en este viaje porque sé que puedo hacerlo. Si te ves capaz de ganar la carrera de los 100 metros lisos, ¿no vas a competir? La cabra tira al monte. Yo sé hacer aventuras gráficas, música y soy licenciado en Filosofía. ¿Cómo no iba a hacerlo?
Anteriormente ya había desarrollado dos aventuras gráficas, y aunque no las terminé aprendí a usar el programa. En noviembre comencé con este proyecto, y le dedico entre 6 y 8 horas diarias. Poco a poco he ido aprendiendo sobre programas y motores de desarrollo de videojuegos, así como de edición de vídeo y música. La música y las voces del juego son obra mía también. Todos los gráficos están diseñados con Paint, un reto que me motivaba.
¿Esperas obtener nuevos adeptos a la filosofía, o al menos a la filosofía de Gustavo Bueno?
A más de uno le picará el gusanillo, digo yo.
Gustavo Bueno afirmó que "La cultura española es esencialmente analfabeta". ¿Crees que los videojuegos son cultura?
Por supuesto. Todo lo que nos rodea es cultura, en un sentido antropológico. Ser hombre es vivir en una naturaleza mediada, troquelada siempre a nuestra escala. Los videojuegos son sólo una objetivación más del Espíritu.
¿Cuándo saldrá el juego? ¿Qué podemos hacer para apoyarlo?
El juego sale periódicamente por capítulos. La primera entrega ya está disponible para PC de forma gratuita en nuestra web, www.videojuegosfermin.com. Habrá también una versión en inglés, y muy pronto se podrá adquirir en Steam, la plataforma de juegos online más importante.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.