Al agua, perros

1. Perros bienvenidos .Puede parecer obvio, pero lo primero es localizar una playa donde podáis ir juntos. Hay al menos 70 esta temporada en la península y las islas, según la información recopilada por Red Canina. En ciertos lugares, como Barcelona, ha existido polémica. Aunque ha resultado todo un éxito, el área acondicionada (1.500 metros cuadrados para 100 perros como mucho) en la playa de LLevant el pasado año, fue muy contestada por los vecinos. Si te aventuras a ir a una en la que se prohíbe el baño y la presencia de perros, te puede caer una multa. Lo más frecuente es que sean los Ayuntamientos los que permitan o prohíban la entrada de canes, ya que la Ley de Costas no alude directamente a este hecho. Una búsqueda en Internet puede despejar tus dudas.

2. Antes de salir. Agua, sombrilla, bebedero, y hasta puedes pertecharte de crema solar (para la trufa y otras zonas desprovistas de pelos) y loción proteger las almohadillas. Una

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3. El mediodía no es para vosotros.  Mejor si vas fuera de las horas centrales del día. “Hay que evitar que les dé el sol directamente y que pisen la arena caliente para que no se quemen las almohadillas”, dice la veterinaria Alicia González, de la Clínica Veterinaria Los Molinos de Madrid, que duda de la eficacia de las lociones protectoras. Ojo si tienen el pelo corto y blanco. Tienen más riesgo de quemarse.

4. La hora de ir al baño. Tus amigos tendrán que aliviarse. Llenar una botella de agua de mar para diluir su orina sobre la arena te valdrá la admiración de los otros dueños (y de los que se resisten a que los canes puedan bañarse en el mar, como ocurrió el año pasado en Barcelona). Evidentemente, las bolsas de excrementos están para usarse, así que lleva para ti y para toda la playa, por si acaso.

5. Más agua. Hay que darles de beber continuamente. Los más nadadores y quienes gustan de jugar con las olas tienden a deglutir agua del mar, lo que les irrita la mucosa digestiva de inmediato. Trata de evitar que el tuyo lo haga.

6. Los suyo no es el surf. ¿Te acuerdas el susto que te daban las olas al romper cuando eras pequeño? Pues a tu perro le puede pasar igual. Las motos acuáticas, barcos con motor y chismes así le pueden poner de los nervios. Lo suyo es que el agua no les resulte antipática. Si puedes, elige playas tranquilas.

7. Sal fuera. La polémica playa de LLevant de Barcelona dispone de duchas para los perros, adaptadas a su tamaño. Pero si la tuya no tiene, habrás de remojarle en casa o en una fuente apartada si es pequeño (y se deja). El salitre les irrita la piel, como a ti, así aunque dejen las pezuñas clavadas en el suelo, lo suyo es que se sometan a un buen baño de agua dulce o un manguerazo en la terraza.