Dejemos de atacar a la educación
Imagine que en su trabajo, si es uno de los afortunados que lo tienen, le dicen durante meses que se prepare para un gran proyecto, pero por mucho que pregunta nunca le responden qué es exactamente. Por poner algún ejemplo: un cirujano tiene una complicada operación, pero no consigue averiguar de qué se trata hasta poco antes de la intervención y tiene que preparar todo lo necesario en muy poco tiempo, o un arquitecto tiene que diseñar un edificio en la mitad del tiempo necesario solo porque algunos de arriba no se ponen de acuerdo en qué es lo que quieren hacer. Esta es la situación que hemos vivido miles de alumnos de segundo de bachillerato durante todo el curso. La incertidumbre ha sido la reina este año, en lugar de la educación. El juego político de los que quieren imponer su criterio a toda costa ha provocado un curso lleno de sobreesfuerzo y agobio impropios para alguien que desea aprender. Por favor, esto no se puede repetir, no puede volver a ocurrir lo de este año. Dejemos de atacar tan gratuitamente a la educación.— Fernando González Rodríguez. El Puerto de Santa María (Cádiz).