La periodista colombiana Jineth Bedoya imparte talleres en distintas partes de Colombia con la ayuda de un grupo de voluntarias para empoderar a las víctimas de la violencia sexual.Cortesía Juan Manuel Vargas (EL TIEMPO)Las mujeres de distintas partes de Colombia que se reunieron el 25 de mayo en Tumaco, en la costa pacífica, le entregaron una rosa morada al océano como símbolo de despedida de parte de su dolor.Cortesía Juan Manuel Vargas (EL TIEMPO)Cada rosa en el mar forma parte del duelo de las miles de mujeres que en Colombia sufren abusos sexuales.Cortesía Juan Manuel Vargas (EL TIEMPO)La violencia sexual contra las mujeres en Colombia no es solo un problema más de una guerra de medio siglo, es un problema social que también se da en las casas.Cortesía Juan Manuel Vargas (EL TIEMPO)Las mujeres de Tumaco sufren una doble vulneración de sus derechos por su sexo y por ser afrodescendientes.Cortesía Juan Manuel Vargas (EL TIEMPO)En Tumaco los servicios básicos como el agua potable no están garantizados, las familias sobreviven en casas de madera sobre el mar.Cortesía Juan Manuel Vargas (EL TIEMPO)La mayoría de las mujeres que han sufrido cualquier tipo de abuso no denuncian por miedo, porque no las creen o por la ausencia de la justicia en zonas abandonadas por el Estado como Tumaco.Cortesía Juan Manuel Vargas (EL TIEMPO)El último informe de Medicina Legal arroja una cifra de más de 20.000 mujeres que han sufrido algún tipo de abuso de enero a abril de 2017.Cortesía Juan Manuel Vargas (EL TIEMPO)La mujeres de Tumaco sostienen sus familias con pequeñas empresas de pesca y limpieza del camarón, negocios de cocina, costura...Cortesía Juan Manuel Vargas (EL TIEMPO)La inseguridad en Tumaco es otro de los problemas más graves que sufre esta población gobernada por la guerrilla del ELN y el clan del Golfo, uno de los grupos criminales más importantes de Colombia.Cortesía Juan Manuel Vargas (EL TIEMPO)La falta de Estado y de asistencia jurídica obliga a las mujeres de Tumaco a vivir al lado de sus violadores y abusadores.Cortesía Juan Manuel Vargas (EL TIEMPO)En el grupo de mujeres que participa en la iniciativa 'No es hora de callar' hay madres, abuelas, adolescentes y niñas. Las violaciones contra las mujeres no distinguen edad en Colombia.Cortesía Juan Manuel Vargas (EL TIEMPO)Las altas tasas de desempleo en zonas como el Pacífico colombiano dificultan el empoderamiento y mejora de las condiciones sociales de las mujeres.Cortesía Juan Manuel Vargas (EL TIEMPO)Los sueños de estas mujeres viajan más allá de sus pequeñas casas de madera. Yuri, en la foto, tiene 27 años. Llegó a Tumaco desplazada por la violencia desde Cali. Con 15 años fue violada por dos hombres. Tiene dos hijos y quiere ser chef.Cortesía Juan Manuel Vargas (EL TIEMPO)
