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A punto de salir de cuentas, Beyoncé sigue documentando su embarazo gemelar. El pasado sábado, junto a su marido, el rapero Jay-Z, su hija de cinco años Blue Ivy y un grupo de amigos, celebró su fiesta baby shower en su casa de Los Ángeles, vestida con un exuberante turbante, una falda con vuelo y el vientre decorado con ilustraciones de henna. Como era de espear en esta fiesta de bienvenida al bebé – imprescindible en Estados Unidos– la diva del pop ha huido de cualquier camino trillado. Con el título Carter (el apellido del matrimonio) Push Party, y ataviados con estilismos africanos, Beyoncé, de 35 años, y Jay-Z, de 47, posaron divertidos en una serie de fotos en blanco y negro que la cantante ha compartido con sus 102 millones de seguidores de su cuenta de Instagram. “La decoración era africana y muy colorista con áreas para sentarse, con alfombras y cojines en el suelo”, explica una fuente a E!News. Un nuevo capítulo entre los sorprendentes registros gráficos que la artista ha ido generando a lo largo del embarazo y que demuestran el inteligente manejo que algunos famosos están haciendo de las redes sociales. Con un diálogo continuo y directo con sus fans, Beyoncé aprovecha este espacio para ir moldeando su imagen y discurso, que busca romper con estereotipos de género y raza.

La intérprete anunció el pasado febrero que esperaba gemelos con una insólita sesión de fotos disparada por el artista Awol Erizku en la que aparecía con ropa interior, rodeada de flores y junto a su hija. La imagen rompió récords en Instagram, consiguiendo 1,4 millones de likes en poco más de 30 minutos (la foto hoy acumula más de 11 millones de me gusta). Más tarde, aparecieron más imágenes acompañadas de textos, en las que ella reflexionaba y compartía sus inquietudes como mujer encinta. Tan solo unos pocos días después, luciendo un espectacular traje de Peter Dundas y una corona de diosa, aparecía radiante y embarazadísima encima del escenario de la pasada edición de los premios Grammy. Nominada nueve veces por su álbum Lemonade, interpeló a la audiencia: “¿Os acordáis de cuando nacisteis? ¿Estáis agradecidos? …”.

Resulta inevitable ligar su imagen a la ancestral iconografía de las diosas de la fertilidad, representada en algunas culturas como la Madre Tierra, “madre de todo”. No es un gesto inocente sino una abierta reivindicación del matriarcado, del poder y privilegio que conlleva dar vida. Un discurso coherente con la narrativa feminista que ha ido trabajando la artista los últimos años, sobre todo el su último disco Lemonade, y que no ha dejado de causar controversia.

Su exhibicionismo del embarazo, donde documenta al detalle unos atrevidos estilismos premamá —en el que combina el estilo bohemio con el más casual y rockero pasando por ajustados trajes—, también ha despertado opiniones de todo tipo. A mediados de abril, la periodista de moda de The New York Times Vanessa Friedman consideraba que Beyoncé había instaurado “un nuevo paradigma de lo que significa ser una mujer embarazada”. Pero también una “fetichización” del embarazo que de alguna manera ponía en cuestión otras formas de vivir estos nueve meses: desde la confusión o la inseguridad. Por su parte, la periodista Laura Witt de We Are Your Voice Mag discrepaba y consideraba que su mensaje de salud y felicidad era importante: “Es una afirmación de que la maternidad negra debe ser celebrada”. Como siempre, ella parece estar por encima de todo lo que opinen los demás. Quedan pocas semanas para que lleguen los gemelos y sus millones de fans quieren sentirse cerca de ese momento.