Centro comercial, ese usurpador del espacio público
Las galerías cerradas no generan barrio ni ciudad. Las plazas públicas fueron relevadas por grandes áreas de consumo en la segunda mitad del siglo XX. Ahora están en crisis. El caso de México
Cuenta la leyenda que los mexicanos salían a pasear a la plaza...
Todos muy bañados, peinados y con sus mejores galas, llegaban a ese espacio público fundamental, donde después de tomar un helado o un vaso de agua de sabor, iniciaban el ritual... Caminar dando vueltas y vueltas a la plaza, los hombres en un sentido, las mujeres en el otro.
Así se formaban las parejas, que más adelante traerían a sus hijos a esa misma plaza, para que ellos también hicieran del espacio público el marco propicio para relacionarse con la comunidad.
De pronto todo cambió. Y aunque aquellos ritos sociales se mantienen, en las zonas urbanas, sin importar su tamaño o la capacidad económica de su población, las plazas han sido sustituidas por centros comerciales, esos inmensos desarrollos inmobiliarios que vivieron sus años dorados en la segunda mitad del pasado siglo XX.
La historia de los centros comerciales es interesante, porque si bien refleja modas y la eterna constante del consumismo, siempre han sido un reflejo de sus tiempos y circunstancias, y siempre también han competido contra el comercio de barrio y el espacio público, en batallas que en muchas ocasiones han perdido, pero en otras, como es el caso de algunos países en desarrollo, particularmente el de México, también han registrado victorias.
Hoy los centros comerciales atraviesan una profunda crisis a nivel mundial; crisis fundamentalmente resultado de dos factores; un cambio de paradigmas en la forma de entender la ciudad, que privilegia la vida de barrio, y la acelerada penetración del comercio electrónico.
Esta crisis ha provocado que incluso en Estados Unidos; zona cero para entender el auge de los diferentes modelos de centros comerciales, muchos de ellos hayan tenido que sufrir drásticas transformaciones, y otros más hayan incluso llegado al extremo de cerrar sus puertas, para ser demolidos y ceder ubicación a desarrollos inmobiliarios que responden ya a las nuevas vocaciones y necesidades de rentabilidad del sumamente caro suelo urbano.
El cambio de modelo privilegia la experiencia por sobre el mismo consumo, cambiando aquel viejo esquema de centros comerciales que semejaban enormes y feas cajas de zapatos, por el de complejos marcados por espacio para el esparcimiento que sirven de pretexto para ofrecer la oferta comercial.
En el caso de México, mientras en otros lugares había centros comerciales cerrando, habría que hablar de un boom de este segmento de la industria inmobiliaria... Cada vez hay más centros comerciales... Y estos cada vez son más lujosos y espectaculares.
Hay muchas razones para explicar el auge de los centros comerciales en México:
El consumo por supuesto es fundamental. Pero si solo fuera el consumo, éste podría ser atendido en la misma forma en que se hace en ciudades como Madrid, Nueva York o Viena; con calles comerciales.
¿Por qué no es así? Simple; porque la regulación de las ciudades mexicanas no ha permitido el desarrollo de las calles comerciales, provocando que las marcas de venta al por menor tengan que agruparse bajo las facilidades que ofrece un centro comercial.
Hay además otras razones de peso que en ninguna forma se pueden considerar menores: el grado de violencia y delincuencia que se vive en algunas ciudades del país, y que provoca que muchas personas prefieran pasear en la seguridad que ofrece un centro comercial.
Los números son contundentes; mientras en la Ciudad de México se hace poco y se invierte menos en fortalecer estructuras barriales, incluyendo su vocación comercial, en solo seis años (2012-2018) se formalizarán inversiones por más de 10,000 millones de euros, para desarrollar 132 nuevos proyectos inmobiliarios, que representan 18 millones de metros cuadrados, de los que 12% serán centros comerciales y 28% más proyectos de usos mixtos, casi todos con un importante componente de centro comercial.
Y esto es solo un ejemplo de la expansión de un segmento de la industria inmobiliaria que solo en los dos siguientes años agregará 2 millones de metros cuadrados a un inventario nacional que actualmente acumula 20.7 millones de metros cuadrados de superficie rentable.
Y si bien ya hay centros comerciales en todas las zonas urbanas de México, la mayor parte de las inversiones se concentra en las cinco más grandes, destacando la ciudad de México, que concentra 28% del total.
Hay que decir que en este auge del desarrollo de centros comerciales se han transformado los esquemas arquitectónicos, privilegiando espacios abiertos y formatos que privilegian la experiencia del comprador, generando más incentivos para una sociedad que sigue abandonando el verdadero espacio público para refugiarse en este espacio público inventado.
Y no... El centro comercial no genera ni barrio ni ciudad. Pero es innegable que se han creado condiciones que permiten e incluso fomentan que usurpe una función que por derecho tendría que cumplir el espacio público.
Habrá que esperar una respuesta en política y acciones de gobierno, pero, sobre todo, en regulaciones urbanas que permitan recomponer el tejido urbano, apostando por el espacio público y el valor de la vida de barrio.
Horacio Urbano es arquitecto con más de 25 años de experiencia en materia de vivienda y desarrollo urbano. Es actualmente presidente de Centro Urbano, think Tank con base en la ciudad de México, especializado en esos mismos temas
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.