La importancia de llamarse…
De nuevo, la polémica de los nombres, ahora con el del hospital Infanta Cristina. Nunca entendí ese culto a la personalidad y a que se den nombres de personas a espacios públicos por el único hecho de que son hijos de reyes. Que Mariano Barbacid, prestigioso investigador bioquímico; Rafael Matesanz, promotor de la Organización Nacional de Trasplantes, o Enrique Moreno, autoridad mundial en cirugía y trasplantes, y son solo tres ejemplos, no sean dignos de que centros médicos de referencia lleven su nombre nos debe llevar a la reflexión y a hacer mejor las cosas.— Dionisio Rodríguez Castro. Villaviciosa de Odón (Madrid).
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