Fallas tóxicas
Muchos valencianos huyen de la ciudad durante las Fallas, los enfermos se resignan y las mascotas tiemblan ante el ruido constante. El ruido es tóxico, pero hay algo todavía más peligroso: la quema de los monumentos falleros fabricados con poliespán que, al quemarse, desprenden vapores considerados de gran toxicidad, pero que se sigue utilizando. Los gases que se liberan al quemar la espuma de poliestireno permanecen en el ambiente durante años, causando problemas pulmonares, aparte de otros síntomas a corto plazo. En muchos países, esta sustancia está prohibida. Puesto que pretendemos mantener tradiciones, volvamos al cartón y la madera, aunque ello suponga más trabajo para el artista, o busquemos alternativas menos agresivas.— Susana Benet. Valencia.
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