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Tentaciones
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SIN FILTRO

“Hasta luego, amigo”. Carta abierta de un cineasta independiente al director del ICAA

Miguel Llansó, director de la película multipremiada internacionalmente ‘Crumbs’, lamenta que los requisitos de la única ayuda estatal a la producción de cine independiente le obliguen a irse fuera de España

El cineasta Miguel Llansó
El cineasta Miguel Llansó

Hola, señor. No soy Almodóvar ni voy a los Goya. Como muchos pequeños productores independientes de este país, he hecho una película que se llama Crumbs y se estrenó en el Festival de Rotterdam. La película es etíope. Me fui a ese país a buscarme la vida, ya que en España las cosas estaban chungas. Allí, en Etiopía, hice varios cortos seleccionados en Locarno, Rotterdam, Sundance. Ya sabe, el gran circuito de los festivales internacionales. Con la película, he hecho 45 viajes en dos años y he aprendido mucho.

Crumbs ha tenido más de cien proyecciones en todo el mundo. Ganamos una mención en el Festival de Los Ángeles y varios premios internacionales. Se ha estrenado en Nueva York y otras ciudades de EE.UU. Se ha visto en todo el mundo. A bordo de los aviones American Airlines, Emirates, South African... sigue en Amazon, i-Tunes, Filmin... Hablaron de ella en diarios españoles, pero también en The New York Times, L.A. Weekly, Hollywood Reporter o Variety. Nuestros agentes de ventas internacionales -New Europe Film Sales- tienen un Oscar. No soy Almodóvar. Nuestras películas tienen bajo presupuesto, pero las ven muchas personas en el mundo. He ganado poquísimo dinero, la verdad. Pero el recorrido no está mal, ¿no?

Bueno, pues ahora se acaba de publicar la única ayuda estatal a la producción de cine independiente que se llama "Ayudas selectivas a la producción de largometrajes". Volví a España a ver si podía sobrevivir. ¡Quería contribuir a la marca España! ¡Te lo juro! Pero -ay, amigo mío- ha bajado usted el exiguo presupuesto del año anterior un 18% más. Estamos en poco más de 5 millones de euros para la producción de todas las películas independientes de España, seguramente un presupuesto menor que el destinado a viajes de directivos y asesores de cualquier ministerio.

“Mi película ha tenido más de cien proyecciones en todo el mundo, una mención en el Festival de Los Ángeles y varios premios internacionales. Hablaron de ella en The New York Times, L.A. Weekly, Hollywood Reporter o Variety. Nuestros agentes de ventas tienen un Oscar.”

Requiere usted -ahora, antes no- que yo tenga una película anterior y que esa película sea española ¡ESPAÑOLA! ¿Es esa la experiencia que cuenta? Como le decía, la mía es etíope. Me fui allí porque aquí no tenía oportunidades: la crisis, la corrupción, el amiguismo, el pelotazo inmobiliario, bancos, ayuntamientos, gobiernos, tejemanejes, chanchullos, especulación de ladrillo y turismo. ¡Qué gran despilfarro, amigo! ¡Qué negocios! Y por culpa de todo eso, ahora resulta que mi película y mi experiencia como productor son en Etiopía. Vaya, qué mala suerte.

Me pide usted que me gaste de mi bolsillo más del 60 % del presupuesto -oh, novedad, antes el ICAA (Instituto de la cinematografía y de las artes audiovisuales) apoyaba con hasta el 70 % las películas pequeñas con valor cultural- ¿De verdad piensa usted que la gente en Europa se gasta el 60 % del presupuesto DE SU BOLSILLO en una película independiente? No, no cuentan para usted la capitalización de recursos y personas, ni la contribución en especie para estas pequeñas películas. ¿De verdad cree que una agencia de ventas internacional o distribuidora se gasta más de 25.000 euros en pre-ventas de una película independiente? No, ellos no están locos. ¿Pero cuánto dinero cree que hace una película así? Incluso teniendo éxito de crítica, como es mi caso. ¿De verdad cree que las televisiones españolas pre-compran cine independiente con valor cultural? En mi humilde opinión, usted y el ICAA están fuera de la realidad.

Llansó durante el rodaje de Crumbs
Llansó durante el rodaje de Crumbs

La Ley Europea promueve la financiación de películas de bajo presupuesto, de primeros directores, con fines culturales, sin un marcado fin industrial. El 90 % de los países europeos tienen ayudas importantes para estas pequeñas películas de gran alcance internacional –muchas alcanzan los Oscar, Cannes, Venecia–. Estas ayudas cubren hasta el 70 % de la financiación en la mayoría de los países europeos. Y esto es perfectamente compatible con la Ley Europea, amigo. ABAJO LA LEY EUROPEA (****), que España no sigue para este tipo de películas.

“Las ayudas de los países europeos cubren hasta el 70% de la financiación, mientras que España ha bajado aún más el exiguo presupuesto del año anterior. Y requiere usted -ahora, antes no- que mi película anterior sea española. Rodé en Etiopía porque aquí no tenía oportunidades. Vaya, qué mala suerte”

Las condiciones que ustedes establecen para las ayudas son draconianas. La convocatoria cambia cada año, las bases también. En Europa, los demás países tienen dos o tres convocatorias al año y las condiciones se saben con meses y meses de antelación, para que nadie trabaje en balde organizando una co-producción internacional que se vaya al traste cuando - ¡oh, sorpresa otra vez! – sale una nueva convocatoria en el BOE.

Amigo, me he gastado dinero en organizar una co-producción internacional. El año pasado yo podía pedir las ayudas. Me dije: “voy a hacerlo bien y estructurar una co-producción durante un año”. Me hacía ilusión. Este año cambiaron las bases. Tengo 15 días para adaptarme a la nueva y sorpresiva normativa. Tengo tres semanas para buscar una nueva productora. Interesante gestión la de su equipo. "Más Europa, más Europa", dicen. De acuerdo, empiecen copiando las ayudas al cine cultural del 90% de los países de la Unión Europea. Sería un logro interesante. ¿O es que son ustedes los precursores europeos de la destrucción del cine independiente?

Mis películas serán etíopes, estonias o de cualquier nacionalidad que aún crea en el cine. Qué pena, ¿no?

Por desgracia, creo que me tendré que ir de nuevo a otro país, como muchos otros artistas y cineastas y científicos y profesores. Allí me montaré otra vida, lejos de los escándalos públicos diarios de corrupción y desidia institucional, muy hastiado y cansado. Y, por supuesto, mis películas serán etíopes, estonias o de cualquier nacionalidad que aún crea en el cine. Y si no, serán apátridas. Así es, por desgracia. Qué pena, ¿no? Aquí en España las instituciones valoran otras cosas. La Fórmula Uno, quizá. Construcción de circuitos de velocidad, parece ser. Quién sabe. Muy bien. Me alegro. Hasta luego, amigo.

****LEY EUROPEA 2013/C 332/01:

52) 2) La intensidad de ayuda debe limitarse, en principio, al 50 % del presupuesto de producción, con objeto de estimular iniciativas comerciales no subvencionadas. La intensidad de ayuda a las producciones transfronterizas financiadas por más de un Estado miembro y en las que participen productores de más de un Estado miembro podría llegar al 60 % del presupuesto de producción. ESTOS LÍMITES NO SE APLICAN A LAS OBRAS AUDIOVISUALES DIFÍCILES (26).

**** (26) Como los cortometrajes, las películas que sean la primera o la segunda obra de un director, las obras de bajo presupuesto o aquellas obras que por otros motivos encontrarían dificultades para introducirse en el mercado. En virtud del principio de subsidiariedad, incumbe a cada Estado miembro establecer una definición de «película difícil» según los parámetros nacionales.

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