Ingrid García-Jonsson: "Empecé siendo doble de luces de Cameron Diaz"
La actriz, mitad sevillana, mitad sueca, estrena hoy su nueva película, 'Zona hostil', interpretando a un cabo sanitario
Estaba claro que Ingrid García-Jonsson tenía que ser actriz, porque su historia da para varias películas. Sobre sus padres se podría rodar una comedia romántica en la que una estudiante sueca se va a Sevilla a cursar un año de Bellas Artes y se enamora de un compañero de clase. Al acabar el curso ella se vuelve a su país pero, en un alarde de romanticismo, el chico acaba empeñando su guitarra y todas sus cosas para comprarse un billete e ir a buscarla a Suecia. Al final, tendrían una hija: Ingrid.
La segunda película sería sobre la propia Ingrid, una joven con pinta de nórdica pero con acento (y gracejo) sevillanos que llega a Madrid para abrirse camino como actriz junto a unas amigas. Todas acaban volviéndose a Sevilla menos ella y, aunque hasta acaba pisando la alfombra roja de Cannes y la nominan al Goya a mejor actriz revelación por Hermosa juventud, sigue teniendo una especie de doble vida con trabajos nocturnos de camarera. En algunas escenas bastante locas la veríamos trabajando en timbas de póquer ultrasecretas, haciendo la mili o siendo la doble de Cameron Díaz. ¿Quieres que te destripemos el final? Conseguiría dedicarse solo a ser actriz, en marzo estrenaría una nueva película, Zona hostil, y nos lo contaría en TENTACIONES.
Veamos, tienes acento andaluz pero eres Sueca. ¿Te tira más Suecia o España?
Nací en Suecia y luego mis padres se vinieron a España. Pero como he ido allí todos los veranos, una etapa al cole y tengo mucho contacto con mi familia sueca, estoy un poco en las dos culturas. Mira, conozco a españoles tan suecos y a suecos tan españoles que ya lo de la diferencia es algo que no contemplo. Lo que me ha dado tener dos padres de culturas diferentes es que está bien ser distinto. En España me recuerdan la pinta que tengo de sueca y allí lo rápido que hablo y la gracia que tengo.
Trabajaste de camarera y estudiaste arquitectura. ¿Qué es más duro?
Es muy duro estudiar algo que no te gusta. Elegir qué quieres hacer con tu vida a los 18 años me parece una barbaridad y yo no tenía ni idea. Sigo sin tenerla, pero en aquel momento menos. Cuando me matriculé pensaba que la interpretación era un territorio hostil en el que igual no me iba bien y por eso quería tener un plan B. Pero me imaginé haciendo adosados el resto de mi vida y me quería pegar un tiro.
Y te pasaste a la hostelería.
Yo a la hostelería le debo mucho porque me ha facilitado que esté aquí ahora. Es un trabajo que nos salva mucho el culo a los actores. Trabajas el fin de semana y tienes el resto de semana para hacer otras cosas. Y pagan bien.
Bueno... Bien, lo que se dice bien, tampoco pagan.
Mira, yo tengo colegas arquitectos que han terminado y ganan menos a la hora que cuando yo empecé de camarera. La verdad es que trabajé en cosas muy raras por la noche...
¡Cuéntame alguna!
[Duda] Yo sacaba mucho dinero en propinas porque trabajaba en timbas de póquer.
¿En timbas de póquer?
Sí. Y cada vez que ganaban me iban dando fichas. Al final sacaba bastante.
¿Pero en clubes privados? ¿En casinos?
Ya no puedo darte más información [ríe]. Jugaban mucho dinero.
INGRID GARCÍA-JONSSON: NACIDA PARA ACTUAR
Tu próximo trabajo, Zona hostil, es una película bélica. ¿Cómo es hacer de militar?
¡Pues es muy cansado! La productora y el director, Adolfo Martínez, tenían mucho interés en que pareciéramos militares de verdad, porque recreamos una misión real que tuvo lugar en Afganistán. ¡Y nos metieron a todos a hacer la mili! Yo, entre una cosa y otra, estuve un mes de milicias.
¿Y qué aprende uno en la mili?
"Lo de hacer escenas de sexo al final es como bailar reggaetón, pero sin música y con menos ropa"
Si necesitas que te haga una traqueotomía llámame que yo te la hago, que me enseñaron porque mi personaje es una cabo sanitario. Era duro porque el primer día tuve que correr media hora y prácticamente vomité. Pero el último día la corrí con todo el equipo encima.
¿Cómo llevaste las escenas de acción?
Lo más llamativo es que había gente supervisando que aquello se hacía exactamente acorde a la disciplina militar. Con helicópteros y todo volando por encima de tu cabeza. Pero lo de la acción lo llevé bien, al final ya había hecho escenas así porque he hecho de doble.
¡Eso no lo sabía!
Pues empecé siendo doble de luces de Cameron Diaz. Y luego la doblé en algunas escenas de acción en Noche y día.
Claro, se rodó en Sevilla.
¡Sí! De ahí salen un poco las ganas de hacer cine. Es la primera vez que estuve en un rodaje grande y me flipó. Yo tendría como 18 años. Como no soy especialista no hacía cosas muy duras, pero alguna piña gorda te podías meter.
¿Prefieres una escena de sexo o una de acción?
Pues lo de hacer escenas de sexo al final es como bailar reggaetón, pero sin música y con menos ropa. No es súper guay pero quizás prefiero rodar una escena así, que me van a poner un calefactor y me van a tapar con una manta, que estar corriendo por el bosque y cruzar un río con el agua congelada. ¡Es que hasta te puedes poner enfermo! Pero con el froti-froti pues no.
Después de Zona hostil este año tienes más estrenos. Uno de ellos, Ana de día, como protagonista.
Sí, es un proyecto muy macarra que habla de la crisis que tienes cuando te vas acercando a los 30. Tienes tu vida muy encaminada, siempre has hecho lo que se supone que tienes que hacer y de repente te replanteas todo. Además, me apetece trabajar con directoras jóvenes [la película es la ópera prima de la directora navarra Andrea Jaurrieta]. Tenemos que ayudarnos entre nosotras.
Así que el cine es injusto con las mujeres, ya sean actrices o directoras.
Desde luego el feminismo hace falta. Dentro del cine también, porque los mandamases que están arriba son hombres que pertenecen a cierta generación con una manera de pensar muy concreta. ¿Que la situación del hombre y de la mujer en el cine no es la misma? Por supuesto, como tampoco lo es en la sociedad. ¿Que soy positiva porque creo que las cosas están cambiando? Sí. Yo he podido hacer lo que me da la gana y personajes que en principio pueden parecer planos los he transformado en cosas más interesantes. Nunca se me ha dicho "tú en esta película eres una mujer objeto". Cuando tenía personajes que se podían convertir en eso me han escuchado y le hemos dado otra dimensión.
¿Por qué crees que a muchas personas, sobre todo actrices jóvenes, les da miedo definirse como feministas?
Es un tema de etiquetas, todo el mundo parece que quiere caer bien y a veces parece que el feminismo está visto como algo poco cordial. Supongo que por eso hay gente que no quiere que le llamen feminista... Pero, sinceramente, a todos nos gusta que nos paguen lo mismo y poca gente estará de acuerdo con la ablación o con las violaciones. En el fondo, prácticamente todos somos feministas, otra cosa es que seas abanderado de ello o no o que quieras que te llamen de una manera u otra. Pero es que es el futuro.
Bueno, y ahora que ya no estás al otro lado de la barra... ¿Cómo es salir de fiesta?
Pues sí, he descubierto los garitos al otro lado. Por lo general voy por Malasaña. También me gustan los festivales y voy al Sónar todos los años. Tengo muchos amigos que se dedican a la electrónica. Me encanta el ambiente de los festivales porque te encuentras a todo el mundo.
¿Qué concierto te gustaría ver este 2017?
Pues no sé si vienen ni nada pero un buen concierto de Radiohead me fliparía. Y tiene que ser guay ver a Burial o a Niño de Elche. También me encantaría ver a cualquier colega, eso querría decir que les va bien.
Realización: Victoria Zárate
Estilismo: Cristina Planelles
Maquillaje y Peluquería: Miguel Ángel Gómez Tragacete para Giorgio Armani
Asistente de estilista: Cristina Alguacil, Nora Ferreira
Asistente de fotografía: Germán Gómez
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