En busca de la cazadora perfecta
La chupa de cuero favorita de las supermodelos lleva la firma de la marca parisina Nour Hammour. En la mezcla de lujo artesano y mentalidad digital está la clave de su éxito
Una pequeña y exclusiva firma parisina está convirtiendo sus cazadoras de cuero en el nuevo fetiche de las supermodelos. El nombre de la marca, Nour Hammour, puede que aún no resulte familiar, pero a lo largo de los últimos meses su reinterpretación de las chaquetas de inspiración motera, adornadas con tachones, remaches o flecos, han desfilado por las fotos de street style y las cuentas de Instagram de las supermodelos más cotizadas del mundo. Gigi Hadid, Kendall Jenner y el resto de ángeles de Victoria's Secret las tienen customizadas con su nombre.
Nour Hammour fue fundada en 2013 por Nour Hammour y Erin Conry Webb, una estadounidense de la costa este y otra de la oeste que se conocieron estudiando un máster en la sede parisina del Istituto Marangoni. Además de una afinidad personal inmediata, como diseñadoras descubrieron una obsesión común: dar con la chaqueta de cuero perfecta, el equivalente en cazadora al it bag. “Nour ya había empezado a vender chaquetas de cuero que ella adornaba a mano. Con esa prenda como punto de partida decidimos lanzar una colección juntas”, recuerda Conry Webb.
Desde el principio, la marca apostó por la especialización: tenían cuatro o cinco modelos de cazadora de distintos cortes que personalizaban en función de las preferencias de cada clienta. Cualquiera que quisiera una de sus piezas tenía que pedir cita y acercarse a su estudio en París para encargarla: “La cazadora de cuero es un básico en el armario de cualquier chica en cualquier ciudad, pero nosotras queríamos hacerla más especial. Empezamos con modelos clásicos: la típica biker, una con una única cremallera, otra de tipo gabardina...”. Hoy, la cazadora de cuero sigue siendo el corazón de sus colecciones, pero la han actualizado con nuevos materiales y técnicas, y han ampliado su línea de prêt-à-porter, que ahora cuenta con entre 30 y 40 piezas por temporada. También han multiplicado sus puntos de venta; además de su propia web tienen alrededor de 70, tres de ellos en España.
Ellas son conscientes de que el apoyo de modelos e influencers ha sido un factor clave en el rápido crecimiento de su firma. La mencionada Gigi Hadid, Joan Smalls, Rosie Huntington-Whiteley, Taylor Hill o Blake Lively han sido fotografiadas con sus cazadoras, pero el espaldarazo definitivo se lo deben a las pequeñas de las Jenner, que incluyeron la marca en Kendall y Kylie, el juego para móviles que lanzaron hace un año. Nour Hammour crearon una colección cápsula para la ocasión, y el tráfico en su web, sus seguidores en Instagram y su volumen de ventas se dispararon. “Tenemos la suerte de tener muchas clientas y seguidoras de la marca que son influyentes en la moda, y eso nos han ayudado a conseguir atención pública de una manera orgánica”, admiten. Su encargo más especial, sin embargo, no vino de ninguna de estas modelos: “Cuando acabábamos de empezar con la marca recibimos un pedido para hacerle una chaqueta a will.i.am. Tenía que ser una cazadora de hombre (y hasta entonces no habíamos hecho ninguna), totalmente cubierta con tachuelas. Había más de 10.000. ¡Y tuvimos que hacerla en dos días! Mereció la pena, porque acabó poniéndosela en su gira y le quedaba increíble”.
Cortadas, producidas y ornamentadas en París por expertos artesanos en piel, las diseñadoras cifran en cinco días el tiempo medio que requiere fabricar a mano cada chaqueta. Pero el slow fashion tiene un precio: una cazadora de Nour Hammour cuesta como media 1.500 euros, aunque hay modelos de 900 y otros que superan los 2.000. “Hay distintos artesanos involucrados en el proceso, y nunca comprometemos la calidad”, justifican. En esa combinación de mentalidad digital y respeto por la artesanía tradicional puede estar la clave de su éxito.
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