12 fotosEn este instituto se aprende nahuatHay tres claves para el éxito de este centro educativo del norte de Puebla (México) los talleres, la enseñanza del nahuat y el compromiso de la comunidad con el centroCarlos CarabañaMéxico - 27 feb 2017 - 16:10CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceLa asignatura de Tecnología la han convertido en una serie de actividades agriculturales, como cultivar café, criar hongos, una colmena, criar mariposas... todos los proyectos usan prácticas propias de la sierra del norte del Estado mexicano de Puebla, junto a la frontera con Veracruz. Al frente del centro desde 1994, María del Coral Morales ha recibido varios galardones por su trayectoria profesional y académica. En 1999 ganó el premio Estatal de Investigación educativa, en 2005 logró el primer lugar de México en el concurso Estrategias Didácticas para una Educación de Buena Calidad y en 2012 su tesis doctoral ganó el de la mejor en educación del año. Todos sus trabajos están relacionados con la secundaria que dirige. La propia Tetsijtsilin ha ganado varios galardones como el Premio Nacional Amanda Rimoch a la Educación Ambiental, el Premio Nacional de la Juventud Indígena o representar a México en el Premio Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos Óscar Arnulfo Romero. Estos reconocimientos son una de las estrategias del centro para defender su modelo educativo.La mayoría de los alumnos de Tetsijtsilin es del pueblo de San Miguel Tzinacapan. En él viven unas 6.000 personas y es una comunidad donde se conservan muchas manifestaciones culturales autóctonas como danzas, lengua, vestidos y tradiciones. Los habitantes se autodenominan masueal y en 2010 echaron a Televisa cuando quisieron grabar una de sus costumbres religiosas. Representado en el mural pueden verse la forma de construcción de las diez cabañas que forman la secundaria. Son de piedra y con tejado a dos aguas, debido a las frecuentes lluvias, y usan las técnicas de construcción que las casas de San Miguel Tzinacapan. Los pilares para que los alumnos aprendan el idioma local son un taller en lengua materna e involucrar a los habitantes del pueblo, que son los profesores de materias como Tecnología y Arte, en las que dedican las horas del currículo a aprender formas de cultivo y artesanías locales.Doña Cecilia, de 61 años, es una de las vecinas del pueblo y se encarga de impartir el taller de telar de cintura, un medio de tejer tradicional. Viste una blusa típica, blanca con una cenefa bordada en colores vivos. Habla con sus alumnas principalmente en nahuat. En México hay unos 15,9 millones de indígenas, más del 10% de la población total. De estos, 6,6 millones aún hablan alguna de los 68 grupos de lenguas indígenas. Todas sus 364 variantes se enfrentan a la posibilidad de desaparecer, estando más de 100 en riesgo muy alto o alto. El dinero de los sueldos de los profesores regulares sale del presupuesto general de la escuela. El de los talleristas locales y los encargados de enseñar nahuat viene de dos fuentes principales: la venta de artesanías en dos tiendas en la cabecera municipal y material didáctico en lengua original hecho en la propia escuela y las cuotas de los padres de los alumnos. Tetsijtsilin significa ‘piedras que suenan’. Fue impulsada en 1979 por tres personas, los profesores Miguel Mora (nativo de San Miguel Tzinacapan) y Gabriel Salom Flores e Ignacio Mendoza. Las cenizas del segundo descansan en el árbol de la foto, un gigante amakouit. Desde entonces han pasado más de 1.000 alumnos. Los grados que dan van de 12 a 15 años.Masuel pipil momachtianij sentakochitaij, traducido como Jóvenes indígenas que estudian y trabajan juntos, es una asociación de más de 15 exalumnos que coordinan varios proyectos agroindustriales y gestionan recursos para impulsar nuevas iniciativas. Gestionan las tiendas que venden las artesanías y productos creados en Tetsijtsilin y tiene como objetivo ayudar a la escuela y la “defensa, promoción y fortalecimiento la conciencia social y cultural de los jóvenes indígenas”. Los cinco ejes de la propuesta pedagógica de este centro son alternar la educación y producción en sus proyectos escolares, la adecuación del currículo a la agricultura y artesanías tradicionales, el fortalecimiento de la lengua materna, respeto a la diversidad cultural y una gestión educativa participativa. Otro ejemplo del arraigo de los exalumnos es el colectivo Yoltajtol, que significa en español Palabra de corazón. Realizan proyecciones de documentales de por comunidades de toda la zona, crean vídeos e historias audiovisuales donde enfocan temas de interés social y hacen sus pinitos en la radio. En la imagen, de fondo, puede verse el mural que hicieron en Tetsijtsilin con el que trataron de resumir la misión educativa de la escuela. El pueblo de San Miguel Tzinacapan se dedica principalmente a la agricultura. Los hombres siembran maíz para autoconsumo y café y pimienta para vender. Las mujeres trabajan en la labores domésticas, venden artesanías y cuidan animales de corral. Tras la caída de los precios del café en 1999 y varios fenómenos naturales adversos como huracanes y nevadas han llevado a que un tercio de dicha población se haya cambiado a la albañilería.