Hay otros mundos, pero están todos en Loewe
La firma se recreó anoche en una fiesta sobria y sin excesos para presentar su nueva fragancia masculina y a sus seis embajadores
¿Sabéis esa sensación de llegar a casa de madrugada y notar que la cama se mueve como un Titanic a la deriva? El escritor Foster Wallace la vivió a finales de los noventa sin necesidad de champagne. En mi caso, hizo falta alguna que otra copa. O varias. Pero todo estaba justificado: había que celebrar la nueva fragancia Solo Loewe Esencial, una actualización del perfume insignia de la casa española. A ciencia cierta, el más rentable de su historia. El equivalente al bolso Amazona o al reciente Puzzle. Y, claro, una ocasión como tal exigía estar a la altura. Y qué menos que tomárselo al pie de la letra.
Ayer la capital se disputaba entre los que decidieron acostarse pronto para visitar Arco y los periodistas que estaban de camino a la semana de la moda de Milán. Por no hablar del partido Valencia-Madrid. La cita tenía pinta de que iba a limitarse al petit comité de los que nunca fallan: los fashionistas. Y así fue. El diseñador Moisés Nieto vino con un jersey de su primera colección masculina (que quede claro que no hay mejor anuncio que uno mismo). También se apuntaron al ruedo Álvaro Naive, del grupo Trajano, la artista Inés Ybarra, el fotógrafo y dj Gerard Estadella y, obviamente, los adolescentes best friends forever de Palomo Spain. Por cierto, ¿dónde estaría el diseñador cordobés?
Otra pregunta que me hice, esta vez ya en la cola de los cócteles, era si alguien se habría fijado en los pequeños detalles. Que el barman te ofreciera un güisquito de toda la vida, acompañado con una hoja de romero, no era para nada casual. O que en la barra hubiese limones y botellas de vodka cítrico, tampoco. Y ahí el quid de la cuestión: con esos aromas, Loewe estaba tratando de recuperar la hegemonía española de la que gozaba en 2004, cuando nació Solo Hombre.
Pero había algo que me inquietaba: ¿nadie era consciente de lo que suponía estar a la altura de aquel hit olfativo? “Nuestro objetivo ya no es el de antes. Queremos centrarnos en el hombre que se libera de las responsabilidades de su día a día”, contaba el equipo de la firma. Vale, ¿y por qué hoy y no hace un año? “Creemos que todo está yendo demasiado rápido. Es importante llegar a casa, quitarse los zapatos, sentarse y simplemente pensar en lo que te hace feliz: la familia, el deporte o un buen libro. Lo de siempre”.
Y tiene toda la lógica del mundo. Al fin y al cabo, nadie se salva de vivir deprisa y corriendo. Incluso Loewe se ha transformado radicalmente desde que Jonathan Anderson entrara en plantilla hace casi cuatro años. Demasiados cambios para tan poco tiempo. De ahí que la fragancia sea algo más que un perfume ejemplar embotellado en un frasco bonito. Mucho más. Solo Loewe Esencial rememora el pasado de la firma, la mezcla de lo ibérico y mediterráneo. “La armonía de los extremos”, decía el letrero principal de la fiesta, si mal no recuerdo. Pero también evoca todo lo que sigue quedando de nosotros. La infancia, el olor de la camisa que dejamos de usar porque estaba pasada de moda, y mil cosas más que a mí se me podrían ocurrir, si no fuera porque la firma invitó a sus propios embajadores. Seis hombres referentes en seis disciplinas distintas que confesaron antes de la fiesta lo que para ellos era esencial. Un black mirror en toda regla.
“No hay nada de malo en que Kim Kardashian se haga 4.000 selfies enseñando el culo, siempre y cuando le salga de dentro”, comentaba el fotógrafo Ernesto Artillo. “Para disfrutar de las redes sociales primero hay que saber para qué las quieres utilizar. Y ese poder de decisión no se cultiva de la noche a la mañana”. El malagueño enseñó una escultura que sintetizaba su oficio como no podía ser de otra forma: a base de collages.
El chef Diego Guerrero tampoco dudó en confesarse. “Siempre busco la autenticidad, pero cuando ves tu menú fotografiado 10.000 veces en Facebook, se te acaba la paciencia, así que ahora soy yo el primero en subir la foto de turno”. Y no le ha ido nada mal. Su restaurante DSTAgE cuenta con dos estrellas Michelin y una selección de platos que invitan al cambio. “En los 60 estaban de moda los toreros, en los 70 los futbolistas, y ahora, los cocineros. Lo mejor de esto es que la gente ya no nos toma por gordos y alcohólicos”. No hay mal que por bien no venga.
Como era de esperar, en el equipo había más nombres conocidos. ¿Os suena el local Café Racer? Su fundador, Pedro García, explicó que le apasionaba viajar al estilo mochilero, pero también los coches caros y los hoteles de lujo. “Hay que aprender a vivir con esas contradicciones”. Claro que sí. El interiorista Luis García Fraile habló de su escala de prioridades. Y Lucas Vidal, el treintañero que ha compuesto las bandas sonoras de Fast & Furious 6 y Nadie quiere la noche, demostró una vez más que lo suyo era ganarse a la gente. Metérsela en el bolsillo, siempre en sentido metafórico. Y ya que estábamos, qué mejor que ponerse filosóficos de la mano de Alfonso Bassave. “Mi padre nació en una aldea de Galicia súper humilde y mi madre es aristócrata. Y yo intento combinar esos dos mundos para explicarme a mí mismo quién soy. A veces lo consigo, y otras veces no”.
“Disculpe, ¿le apetecería probar el tartar de fuet? Este es el último que queda, aproveche”. La proposición de un camarero que llevaba evitándome desde el principio podía interpretarse como una señal: era hora de darle un respiro al codo. Y la verdad, hoy agradezco su consejo. Aparté la copa, me puse las botas con los canapés que sobraron y me dejé llevar por el concierto de Fuel Fandango, no sin antes postearlo en Facebook e Instagram. Faltaría más. El dúo se despidió con Salvaje, exactamente lo que muchos de ahí (incluido Loewe) necesitábamos: una razón para ser auténticos. Y si no, que se lo digan a Foster Wallace; él sí que supo estar a la altura en un crucero que pedía a gritos recuperar la cordura.
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