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El error de comparar las muertes por pobreza energética con las de tráfico

Teresa Rodríguez afirmó que hay más muertos por falta de recursos en el hogar que por accidentes en carretera

Teresa Rodríguez y Miguel Urbán, el pasado sábado en el congreso de Podemos.

Comparar muertes por diferentes causas es peligroso. El pasado fin de semana, la portavoz de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, quiso destacar el problema de la pobreza energética en España durante el congreso del partido morado en Vistalegre, y afirmó que las muertes que causa “son superiores a las de tráfico”. Sin ánimo de negar el evidente drama de quienes no pueden calentar su casa en invierno, ni de profundizar en el debate sobre la conveniencia de comparar a los tipos de muertos —a nadie se le ocurriría decir que la pobreza energética mata más que la violencia machista, por ejemplo— las cifras y los estudios ponen de manifiesto que comparar el número de fallecidos vinculados a la pobreza energética con los de tráfico sí es cuestionable.

Ningún estudio rebate la relación entre el frío, las bajas temperaturas en las casas y el aumento de muertes. La bibliografía científica citada por un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2011 demuestra que existe una relación entre el mayor número de muertes durante los meses de invierno y la circunstancia de vivir en un hogar que no se puede calentar de forma adecuada. Pero averiguar el porcentaje de fallecidos por la pobreza energética en invierno no es tarea fácil. Otros factores como la edad o la localización geográfica influyen en la ecuación. La OMS admite en la investigación que la evidencia de la relación entre la pobreza energética y las muertes en invierno, si bien existe, “no es lo suficientemente fuerte para determinar una relación cuantitativa sólida”. Según su informe, "las frías temperaturas en los hogares tienen su causa en una combinación de factores", desde "el diseño ineficiente de los edificios o los sistemas de calefacción a "las pobres estructuras de esos edificios, los bajos ingresos o el precio de los combustibles".

La afirmación de Teresa Rodríguez procede del informe Pobreza, vulnerabilidad y desigualdad energética, publicado en 2016 por la Asociación de Ciencias Ambientales (CAC), que concluye que “la mortalidad asociada a la pobreza energética está por encima de la cifra de muertos en accidente de tráfico”. Para llegar a esta conclusión, el estudio tiene en cuenta la media de fallecidos entre 1996 y 2014 en un siniestro vial, 4.082, con la media de la tasa de mortalidad adicional de invierno en el mismo periodo de tiempo, 24.000 (se calcula al comparar las muertes entre diciembre y marzo con respecto a los cuatro meses anteriores y los cuatro meses posteriores). Y es en este punto donde las cifras son discutibles.

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El informe reconoce que solo un porcentaje de las 24.000 muertes de más en invierno es provocado por la imposibilidad de calentar los hogares. Para determinar ese porcentaje alude a dos estudios realizados en Irlanda y Reino Unido, que estiman que “la pobreza energética estaría detrás de entre el 10% y el 40% de la mortalidad adicional en invierno”. Pues bien, teniendo en cuenta que en España mueren en los meses de invierno una media de 24.000 personas más que en el resto del año, los fallecimientos vinculados a la pobreza energética se mueven anualmente entre 2.400 (10%) y 9.600 (40%). Es decir, si la media de muertos en un accidente de tráfico en el mismo periodo es de 4.082, las muertes vinculadas a la pobreza energética superan esta cifra cuando se aplica un porcentaje superior al 17%, dentro de la franja comprendida de entre el 10% y el 40% que consideran los estudios.

El texto de la CAC cita, además, el estudio anteriormente mencionado de la OMS, que establece el porcentaje en un 30%, lo que, en el caso español, supondría que el número de muertos vinculados a la pobreza energética son unos 7.200 al año. Según la OMS, este porcentaje es una "estimación preliminar" obtenida al comparar estudios hechos en 11 países europeos. Pero entre ellos, no figura España.

Si la tasa de mortalidad adicional en invierno se mantiene estable, con una media de 24.000 fallecidos, superará a los muertos en un accidente de tráfico. En 2015, el último año con cifras consolidadas, 1.689 personas perdieron la vida en un siniestro vial, por lo que solo teniendo en cuenta el porcentaje más bajo, del 10%, las muertes por pobreza energética se situarían en 2.400, es decir, por encima de las de tráfico. Sin embargo, no es posible corroborar que sucede lo mismo si se equiparan los periodos —en la franja estudiada, entre 1996 y 2014, hay picos considerables de subidas y bajadas en la tasa de mortalidad adicional de invierno—.

Por lo tanto, con los datos disponibles, Teresa Rodríguez no puede afirmar que los muertos por pobreza energética superen a los de tráfico. Tal y como resaltan los expertos, no se ha podido determinar con exactitud cuántas personas pierden la vida realmente por no poder pagar la calefacción de sus hogares.

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