El odio

El odio es la peor de las bajas pasiones. Como un tumor crece y se extiende hacia todos los lugares, derrumbando en días lo que se tarda lustros, décadas o siglos en construir. El mayor generador de odio es el odio mismo, y el odio nace de la ignorancia, que es el más atrevido de los pecados. El viejo truco del fascismo es dividir el mundo en dos grupos: uno, nosotros, poseedores de la verdad absoluta; otro, lleno de mentirosos, terroristas, chupasangrese ímprobos vasallos de los poderes en la sombra. Es un truco basado en inundar el mundo de mentiras y medias verdades, escudándose en el victimismo del profeta maldito, del solo yo poseo la verdad y el resto conspira para derrumbarme. Convertir los continentes en islas, las minorías en malhechores por decreto, la democracia en pantomima y los errores propios en ajenos siempre ha tenido funestas consecuencias.

Ahora que de nuevo se despliega sobre el mundo el negro velo del nacionalismo y del fascismo, no está de más recordar que nunca jamás Europa tuvo tantos derechos y tantos años de paz que bajo el amparo de la UE. Combatamos el odio y luchemos por la paz.— Ramón Álvarez Palou de Comasema. Oroso (A Coruña).