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Morir de frío en un lugar caliente

Aunque hiela poco, Portugal es el país europeo con mayor mortalidad por bajas temperaturas

Una mujer enciende la calefacción.
Una mujer enciende la calefacción. © Kike Para

Aunque atlántico, a Portugal se le considera un país mediterráneo, caliente, tórrido en verano y templado en invierno. Es así, la reciente ola de frío se tradujo en sus principales ciudades, Lisboa y Oporto, en mínimas de dos o tres grados durante dos días y por la noche; nada de heladas. Sin embargo, en Portugal se muere de frío. Con la excepción de Malta, no hay país europeo con mayor mortandad por esta causa, según pone de relieve el reciente Excess Winter Mortality (EWM).

La media europea de mortalidad invernal excesiva se encuentra en un 15%, sin embargo la de Portugal llega al 28%, seguido a distancia por Irlanda y España (21%) e Italia (18%). La primera conclusión obvia es que no se muere de frío en los países fríos sino en los climáticamente más benignos, pues a esa lista se añaden Malta (29%) y Chipre (23%).

Si no hace frío excesivo en la calle, ¿dónde se mueren los portugueses de frío? En su casa, en su cama, con calcetines y envueltos en mantas. El 23,8% de la población no consigue mantener su casa caliente, según un reciente estudio del Parlamento Europeo sobre la pobreza energética. La media europea es del 10% y la española, por ejemplo, del 11%.

El pasado invierno murieron 40.000 personas en 11 países europeos. De entre los 14 países de los que se tienen datos, Portugal gana de forma muy destacada por la mala calidad de la vivienda. Solo el 6% tiene aislados techos o paredes, solo el 3% tiene doble ventana, solo el 2% aislado el suelo.

No solo es la casa, la electricidad es la más cara de Europa pues su factura está recargada casi en un 50% por tasas y tasinhas, como la de la televisión pública. Cerca de 700.000 portugueses se han acogido a la tarifa social de electricidad, con un descuento del 33,8%; eso supone cerca del 20% de los hogares de todo el país.

Un tema de conversación habitual entre extranjeros es sobre la sorpresa que se han llevado al pasar su primer invierno en Lisboa y recordar que los lisboetas les habían afirmado que no hace frío en su ciudad. Es verdad, el frío es en sus casas.

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