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Subjetivamente
Columna
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Siempre nos quedará París (o no)

Semana movidita: desfiles de alta costura, divorcios de estrellas, debates a la izquierda y catástrofes a la derecha

Scarlett Johansson, en la marcha de las mujeres en Washington el pasado fin de semana.
Scarlett Johansson, en la marcha de las mujeres en Washington el pasado fin de semana.Paul Morigi (WireImage)

Perdidos Londres y Nueva York, nos queda París. ¿Ocurrirá lo imposible? Esperemos que no. En París, semana movidita: desfiles de alta costura, divorcios de estrellas, debates a la izquierda y catástrofes a la derecha. Los desfiles congregaron a una alegre multitud que pasó de largo por delante de Matignon, la residencia oficial del primer ministro francés. Se dirigían sin detenerse hacia el Museo Rodin, escenario de la última fantasía feérica de la casa Dior, muy lejos de la calle y más aún de la política real.

Se lleva lo imposible

Los alegres pájaros de la moda bebían y reían en el Hôtel Biron, sede del Museo Rodin, y a dos pasos metafóricos, el inquilino del Hôtel de Matignon, Manuel Valls, debatía con el candidato sorpresa Benoît Hamon (pronúnciese “Amó”, no “Jamón”, por favor). Perdón por tanto ripio pero en francés casi todo acaba en “on”, incluyendo al candidato electo de la derecha, François Fillon. La que parecía una segura y fulgurante carrera hacia el Elíseo se ha tropezado con un escándalo, igual que le ocurrió a Dominique Strauss-Kahn aunque sin componente sexual, más bien conyugal. La beneficiada de todo el lío podría ser Marine Le Pen. Tras el Brexit y Trump, ¿lo que parece imposible ocurrirá otra vez?

Se lleva Dior

París resiste a los tsunamis de la política internacional, pero pierde al mítico cine La Pagode por obras y a Scarlett Johansson por divorcio del francés Romain Dauriac. Ella ya no estuvo en los desfiles si no arengando a las masas en Washington. Se perdió el gran Baile de Máscaras de Dior, con Kendall Jenner y gafas de sol a lo Blues Brothers en lugar de antifaz, y Bella Hadid, a cara y pecho descubierto. El año en que Dior cumplirá setenta primaveras, su nueva diseñadora Maria Grazia Chiuri ha reinterpretado su mítica chaqueta Bar, icono del New Look: lo imposible otra vez.

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