El Rambo, el cambiazo y otras técnicas para escapar del cuarto sin despertar al bebé

En los últimos días, se ha hecho viral un vídeo que pilla in fraganti a una madre arrastrándose por el suelo para salir del cuarto sin despertar a su bebé recién dormido. La verdad es que es muy divertido ver la técnica de la sudafricana Caryn Chelin, captada por la cámara de vigilancia y publicada por su marido en Facebook. Tanto que el vídeo tiene más de 18 millones de visitas en dos semanas. 

Lo que diferencia a Caryn de muchas otras madres y padres es que a ella la ha grabado una cámara. Bueno, y que se puede entender la necesidad de arrastrarse, pero ¿¿¿de espaldas??? Aunque, pensándolo bien, seguro que si hubiera una cámara en cada cuarto de cada casa con un bebé o niño pequeño de los de poco dormir, asistiríamos a escenas más absurdas incluso. A continuación, os hago un pequeño resumen de técnicas para no despertar al bebé, todas reales. Si habéis probado alguna más, nos la podéis contar en los comentarios.

1. El Rambo. Mucho reírme de Caryn, pero yo también me he arrastrado para escapar del cuarto. Solo que mi estilo era más bien a lo Rambo, codos hincados en el suelo, postura "no siento las piernas". Lo hice un par de veces cuando Elisa, que ya tiene cinco años, dormía aún en la cuna, al menos la primera hora (porque después acababa, cómo no, en nuestra cama). Era de esos bebés con el síndrome de la cuna con pinchos y el detector de altura, que se ponía a berrear en cuanto notaba que la intentabas acostar. Así que en las pocas ocasiones en las que conseguía tumbarla y que se quedara dormida, era capaz de hacer cualquier cosa, repito, cualquier cosa, para no despertarla. Aunque eso implicara arrastrarme sin respirar. Patricia cuenta en un grupo de Facebook al que pertenezco una experiencia parecida: "El parquet de mi casa chirría que da gusto, así que más de una vez, en vez de salir de puntillas, para que no chirriara el suelo me he arrastrado cual gusano. Ahora que lo recuerdo me río, pero en su momento era jodido de carallo".

2. El escondite inglés. Esta técnica, también conocida como la estatua, consiste en avanzar pero en quedar congelado en cuanto se escucha el menor ruido proveniente del cuarto del niño que pueda dar a entender que se ha despertado o está a punto de hacerlo. "A veces he tardado varios minutos en recorrer dos metros para no hacer ruido", recuerda mi marido sobre su hija mayor. Otra compañera me contó hace unas semanas que había llegado tarde porque se había tenido que quedar esperando, agazapada, a que su hija se volviera a dormir. Había hecho ruiditos o murmurado algo justo cuando iba a salir de casa, y si en ese momento la oía (la sentía, como dice mi suegra), se hubiera liado parda. 

3. El cambiazo. Una compañera me cuenta cómo cuando sus hijas al fin se dormían, abrazadas a ella, tenía que retirarse muuuuuuuuy lentamente y sustituirse a sí misma por un cojín para salir del cuarto a cenar. "Cogí una Minnie gigante y le puse mi camiseta del pijama. Funcionó una noche", cuenta Paula en Facebook. "Comprar una muñeca que tuviera un pelo que se pareciera en el tacto a pelo natural... Tenía vicio de dormirse tocando mi pelo, enlazaba los dedos, me cogía mechones y tiraba", recuerda Maite, del mismo grupo. ¿Funcionó? "Noooooooooo".

4. La ley del silencio. Aparte de las técnicas de huida, hay otras verdaderamente sofisticadas para controlar que no se produzcan ruidos que puedan perturbar el sueño de las criaturas. 

• Las que implican a la familia y a las vecinas: Una compañera de trabajo cuenta cómo se desataba su furia si el padre de las criaturas giraba la llave demasiado rápido al abrir la puerta cuando volvía del trabajo. Claro que la bronca se la tenía que echar susurrando. Catarina explica en Facebook: "A Claudia cuando está en plena pataleta, si su hermana duerme, tiene que llorar "bajito y sin gritos" para no despertar a su hermana... (esto tengo que pulirlo todavía, que en plena pataleta no hay dios que la calme... Se parece a la niña del exorcista)". Yasmina recuerda en Facebook: "Cuando vivía en el adosado y algunas vecinas se ponían a hablar en los bancos de la puerta que daba justo a su ventana, me asomaba y les pedía que se fueran al de enfrente para no despertarlo".
• Las que silencian todos los objetos de la casa. Yasmina también tenía pánico a tirar de la cadena del baño. "Una vez le di con la ducha a toda presión con tal de no tirar". También Rebeca tiene una experiencia similar: "Yo tengo echado un cubo de agua por no tirar. Es que casi no dormía, y una vez que se quedaba, no me la jugaba". Marta veía la tele con subtítulos y sin sonido. Rebeca silenciaba teléfono y telefonillo.

5. Y la ley de la oscuridad. "En casa tenemos una norma por la noche para que no despierte ninguna de las dos: está prohibido encender luces de la casa. Andamos con la linterna del móvil en las habitaciones y/o pasillo", cuenta Catarina.

Probablemente todos tenemos nuestros momentos Caryn. Pero aunque en ese instante un minuto en el que se revuelve en la cuna se nos haga eterno, dentro de nada no será más que una anécdota. Así que lo mejor es tomarlo con humor, como hace el marido de esta madre: 

"Lo mejor de tener cámaras en tu casa es ver a tu esposa tratando de salir de la habitación después de acostar a tu hijo. A veces tienes que usar tu iniciativa para escapar. P.D. El Ejército de Sudáfrica me pide que entrenes el gateo inverso del leopardo".