Nuevos, viejos propósitos

La primera ley de Newton establece que un objeto permanecerá en reposo o con movimiento uniforme rectilíneo a menos que sobre él actúe una fuerza externa. Dicho de otra forma: nada cambiará en nuestra vida si no intentamos cambiarlo. Lo que más me cuesta entender es por qué cada nuevo año nos empeñamos en obtener resultados diferentes haciendo lo mismo. ¿Por qué esperamos al milagroso comienzo de un año para acometer nuestros propósitos? Es como si la memoria del fracaso debiese ser borrada previamente poniendo el contador a cero.

En cualquier caso, ¿por qué no ser más valientes, más temerarios, y empezar cada día un nuevo año en lo que casi todo pueda ser posible si somos lo suficientemente valientes para luchar por nuestros pequeños grandes sueños? El nuevo año chino no se celebra el 1 de enero; tampoco el mapuche (24 de junio), el aimara (21 de junio) o el xihuitl (11 de marzo). Da igual el que elijas, o invéntate el tuyo propio; ese que no te haga desperdiciar 365 días esperando un milagro que casi nunca ocurrirá, porque la única magia que existe es la que hay en el interior de tus propósitos convertidos en los sueños que te harán levantarte cada día; cada buen día, cada mal día… Cada día que tú creas que es aquel en el que vas a conseguir tus metas.— Antonio Santiago Sánchez. Vigo (Pontevedra).