Un barrio socialmente responsable
FOTO: María Espeus
La participación ciudadana, la implicación de los habitantes de una ciudad en la construcción, reparación y vida de la misma no es una moda de perroflautas. Es un derecho y un deber democrático. Implicarte en cómo quieres que sea tu barrio es tan importante para tu vida como cualquiera de las decisiones que definen tu piso o tu escalera de puertas para dentro. Pero además, participar en imaginar el mañana de las calles por las que pasas a diario abre las miras, mejora la convivencia, ayuda a entender las necesidades de los demás y permite expresar las propias.
Así lo entiende el proyecto barcelonés RavalKm0, un proyecto impulsado por Territorio Socialmente Responsable (TSR) y desarrollado a partir del trabajo colectivo de diferentes entidades y asociaciones de vecinos. Todos están de acuerdo en una cosa: para que la calidad de vida en el barrio del Raval se mantenga es importante que este sea un barrio donde el comercio local y de proximidad tenga el protagonismo. También es clave que los recién llegados a ese céntrico barrio barcelonés–comercios o instituciones culturales- tengan en cuenta la vida de los vecinos y vecinas, muchos de ellos en paro. Para lidiar con esa situación, Raval Km0 organiza cursos de formación creativa. Se trata de formar a electricistas y carpinteros que, a cambio, harán una primera intervención en el barrio. Se consigue remontar así un oficio, un ciudadano y un pedazo de barrio.
Como parte de ese proyecto, este año, la iluminación de navidad de las calles Hospital y Joaquín Costa tiene como protagonistas a residentes del barrio que muestran distintos tipos de relación y amistad entre los vecinos. La fotógrafa María Espeus, afincada desde hace muchos lustros en el barrio, ha sido la encargada de hacer las fotografías. Posteriormente un grupo de personas desempleadas han trazado las siluetas de esos retratos con manguera de luz a partir de una idea del diseñador Curro Claret y la escenógrafa María Güell.
Los arcos de luz de esas siluetas están ahora colgados cerca de donde viven sus protagonistas y bajo ellos, en los comercios y locales a pié de calle, están colocadas las fotos originales con algún comentario de los retratados acerca su vida en el barrio. Se puede hacer mucho aportando un rato de lo que sabe hacer cada uno. El Raval expresa así sus deseos para el año nuevo.
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