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Juegos y juguetes para Reyes Magos despistados por menos de 20 euros

Regalos que han sido un acierto para el equipo de De Mamas & De Papas... y sus niños

Baltasar recoge cartas de los niños hace un año en Barcelona.
Baltasar recoge cartas de los niños hace un año en Barcelona. Massimiliano Minocri

Una vez pasada la Navidad, se inicia la cuenta atrás para que vengan los Reyes Magos. Hay familias donde ya ha aterrizado Papá Noel con los regalos importantes, y para la noche del 5 de enero se deja un detalle. Y otras en las que lo más deseado llegará entonces. Aparte de aciertos seguros como la moto correpasillos, la bici, el balón o un libro, o de los juguetes de moda de cada año, estas recomendaciones de juegos y juguetes pueden servir tanto para los que buscan una pequeña sorpresa como para los que aún están indecisos. Han sido probados y aprobados por los más exigentes expertos: nuestros hijos. La mayoría no superan, además, los 20 euros.

Por Carolina García

Con 18 meses, Carlota no diferencia entre el día de Navidad y un día normal, pero tengo que reconocer que ha recibido regalos y todos tienen un denominador común: el ruido. Aunque no siempre todo lo que suena es lo que más le gusta. De todos los obsequios que ha tenido en sus pocos meses de vida, hay tres que han sido todo un éxito para nuestra pequeña que, por cierto, son los más simples y fuera de toda parafernalia, y que recomiendo a todo padre, tío o cuñado que a estas alturas esté perdido y no sepa qué regalar a un bebé.

Tomy Huevos Encajables.
Tomy Huevos Encajables.

Tomy Huevos Encajables. El nombre es poco sugerente, pero a mi pequeño terremoto le encanta. El juguete consiste en seis huevos de diferentes colores, con cáscaras en las que están dibujadas diferentes emociones: tristeza, sonrisa, enfado… Pero esto es lo que menos importa. Carlota ha pasado horas golpeando unos huevos contra otros y contra cualquier superficie desde que se los regalaron. Los huevos se meten, además, para dentro y hacen un sonido que a la pequeña le vuelve loca. Barato, unos 15 euros, y, sin duda todo un acierto.

Mis animales suavecitos. Con un título facilón, es un libro grueso con muy pocas palabras, pero en el que los animales -gato, lobo, búho…- son grandes y tienen texturas diferentes. Por lo que tiene dos cosas que a los peques les encantan: los animales -lo del amor por el lobo es de locura- y que los niños pueden trastear con él. Este, como cualquiera que se le parezca, es ideal para que los bebés de esta edad empiecen a experimentar con los libros y conozcan un poco el mundo que les rodea. Le doy un 10. Cuesta 13,50 euros.

Pato de goma. Sí, un pato de goma. Cualquiera vale, pero lo importante es que sea pequeño, de color chillón y tenga cosas dibujadas sobre él. Este juguete, que la peque se lleva a todos lados, puede ser mordisqueado y es perfecto para el baño, momento favorito de Carlota. Cómo será su amor por los patitos de goma que fue la primera palabra que pronunció: PATO. Yo que los colecciono desde hace años, nunca pensé que se convertiría en el entretenimiento favorito de la niña. Una sorpresa y que cuesta muy poco dinero.

Por Javier Salvatierra

Dobble

Seguro que llego un poco tarde y ya todo el mundo lo conoce, pero el mío entró en mi vida en verano. En mi opinión, es el juego ideal: sencillísimo –a partir de cuatro o cinco años se puede jugar, aunque el fabricante lo recomienda a partir de 6-, rápido –cinco a 10 minutos por partida-, con tensión –hay que tener mano rápida- y muy divertido. Se trata de encontrar antes que nadie cuál de los ocho dibujos de tu carta se repite en la carta de tu rival o rivales. Siempre hay uno, pero solo uno. A veces, por más que mires o sea del tamaño de Cantabria, no aparece. El que primero encuentre la coincidencia, gana la ronda. El que gane más rondas, gana la partida. Y ya. Y con ese poquito lo tiene todo. Además, viene en una latita la mar de mona, que no ocupa nada y la puedes llevar a cualquier lado. Cuesta solo 15 euros. Ahora han sacado la versión Chrono, con un reloj y nuevas opciones de juego, y una versión para niños más pequeños, desde 4 años. Solo echo en falta la versión resistente al agua. Éxito seguro.

Por Clara Blanchar

Jungle speed

No es caro, no abulta, no es complicado ni aburrido, es apto para todas las edades y cuanta más gente juega, más emocionante y divertido. Es el Jungle Speed. Llegó a casa los pasados Reyes y desde entonces nos ha dado alguna gran tarde. Jugando adultos y niños o resolviendo con risas aquél momento en que tienes muchos niños en casa y la cosa se pone tensa. El juego, recomendado por el fabricante a partir de 7 años aunque lo hemos usado a partir de 5, lo componen un montón de cartas cuadradas con dibujos de colores y formas similares y un tótem de madera, cuyos fabricantes han tenido a bien de entregar en una bolsita de tela, como las de la merienda. Se reparten las cartas y los jugadores las sacan a la mesa por turnos. Gana el primero que se queda sin cartas. Cada vez que sale una carta igual a otra de las que hay sobre la mesa, el más rápido debe coger el tótem (que se ubica en el centro) y se libra así de sus cartas, que se come el rival. Para dar mayor emoción a la partida, hay cartas especiales que cambian las reglas. En juego están los reflejos y la agilidad mental para identificar las cartas. El juego da para sorpresas, como la capacidad del más pequeño de la mesa para no perderse una, la velocidad de la abuela para pillar el tótem antes que nadie o la incapacidad de quien escribe para no haber ganado NI UNA partida. Solo mejoraría el diseño, entre tribal y esotérico. 20 euros.

Por Ana Pantaleoni

Mundo Tiger. También en Navidad, por supuesto. Es una opción fácil de productos de bajo coste bañados del diseño danés. Sus tiendas se han reproducido por muchas ciudades. Recomendaciones: el cubo de Rubik dorado por tres euros -¡ojo!, está muy solicitado-; la bombilla de luz de discoteca para montarte la fiesta en casa por seis euros; los lápices con goma en forma de jugador para darle al futbolín por dos euros... y así sin parar hasta llenar la caja, que también compras en Tiger.

Aunque no todo el mundo es fan. Mi vecina de mesa, Mar Rocabert, asegura que salió del Tiger sin comprar nada. ¡Incomprensible! Y me recomienda algo más sostenible: unos juguetes americanos hechos de plástico reciclado. Se llama Green Toys, sin baterías ni ruidos, aunque a un precio algo s. Aquí lo que cuenta es la imaginación del niño. Camiones, apilables, flores desmontables, juguetes de baño... Otro de los fuertes de esta tienda estadounidense son los sets para mesa, vasos, platos y cubiertos.

Por Cecilia Jan

Memory. La pequeña de mi casa es una experta en cualquiera de las versiones de este juego clásico, en el que hay parejas de fichas que se ponen boca abajo y hay que ir destapando de dos en dos para encontrarlas. Desde el año pasado, con 4 años, me pega unas palizas descomunales en las que no puedo ni salvar la honra con la excusa de que me he dejado ganar. Ahora jugamos a una versión de Tiger, cadena de la que soy fan, como mi compañera Ana, con medio centenar de fichas redondas y agujereadas, con dibujos totalmente abstractos, lo que hace bastante más difícil recordarlos. Por 3 euros, un juego sencillo, portátil, para varios jugadores y casi todas las edades. 

Zomlings. Como otras figuritas coleccionables que se venden en sobre sorpresa, tipo gogos o avatons, se empiezan a coleccionar cuando ven a otros amiguitos del cole, en plan premio barato. La gracia de los zomlings es que, aparte de las figuritas, de goma y con muchísimos modelos, los sobres traen, según el año, un complemento. Empezaron con una casita que más bien parecía una cabina de teléfonos, luego siguió una casa-casa, después llegaron los trenes y esta es la temporada de los medios de transporte (aviones, coches, motos y barcos). Los normales valen entre 50 céntimos y 2 euros dependiendo del contenido. Puede parecer extraño como regalo de Reyes, pero un pack especial (con más figuritas y complementos, o en caja metálica, o los hoteles, que además tienen un compartimento secreto), o varios sobres sorpresa, pueden ser un estupendo detalle. Mis hijas, de 5 y 7 años, los usan casi a diario para jugar a colegios, o para montarlos en sus trenes o coches, o a cualquier cosa que se imaginen. El mayor, de 9, los usa para juegos similares a las canicas, en los que cada jugador (o él solo, en modo solitario), intenta tirar los zomlings de los contrincantes lanzando uno de ellos.

Hama beads. Tiene años, pero en casa acabamos de descubrir este invento gracias a Papá Noel. Son, para quien no los conozca, una especie de cuentas huecas de colores que se van colocando sobre moldes de pinchitos para formar dibujos. Una vea terminado, se plancha con un papel parecido al de horno, con lo que se funden y se pegan formando figuritas planas. Hay tres tamaños, Maxi, para los más pequeños, Midi, que es el que han usado mis niñas de 5 y 7 años, y Mini. A nosotros nos han traido dos cajas con todo lo necesario para hacer una granja de ponys y una colección de ropa, a unos 16 euros cada uno, pero se pueden comprar paquetes sueltos de distintos colores y plantillas o cubos con 10.000 piezas por 14 euros. Se pueden copiar los dibujos que proponen, inventarse cosas o buscar en Internet, que hay auténticas virguerías. Muy recomendable para niños a los que les gusten las manualidades y las actividades que requieran concentración y paciencia.

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