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Holanda imparte cursillos para padres primerizos

Un plan piloto ayuda a las parejas jóvenes a intentar reducir la cifra de divorcios

Isabel Ferrer
Prácticas con un muñeco durante una clase de la Escuela de Padres.
Prácticas con un muñeco durante una clase de la Escuela de Padres. Luis Sevillano

La expresión duelos y quebrantos alude al famoso plato de la cocina manchega mencionado en el Quijote.Por separado, sin embargo, ambas palabras pueden aplicarse a la sensación de muchas parejas que ven desvanecerse la nube de color rosa (o azul, como se prefiera) del inicio de la paternidad. Duelo es también aflicción, y quebranto es desaliento. Dos sensaciones reconocibles para los padres primerizos, en especial si arrastran falta de sueño. La dicha por la llegada del bebé permanece, pero las clases prenatales no suelen abordar a fondo el abismo que puede separar a los amantes convertidos en felices y temblorosos progenitores. En el peor de los casos, la situación desemboca en divorcio y en unos hijos que deben compartirse. En Holanda, esa realidad afectó en 2015 a cerca de 35.000 menores, y los servicios municipales destinados a la juventud han advertido al Gobierno de que la cifra aumentará si no se prepara mejor a los futuros padres jóvenes.

Proponen para ello unos cursillos gratuitos de apoyo, cuyo programa piloto está ya en marcha en la ciudad de Alkmaar, al noroeste del país. No trata de convertir la paternidad en una patología. Pero teniendo en cuenta la proliferación de blogs escritos por padres y madres contando sus tribulaciones y alegrías en las redes sociales, el Instituto holandés para la Juventud cree que el curso “puede contribuir a derribar el tabú emocional que envuelve este tipo de problemas”.

Estudios similares se llevan a cabo en Eindhoven y Amersfoort, y de su éxito depende que se amplíen al resto del territorio. Hay una parte mercantil, desde luego, porque los costes de divorcio se traducen en un aumento de los subsidios y en gastos judiciales. Pero el enfoque no puede ser más directo, porque la vuelta a la normalidad (anterior) de la pareja no existe. El psicólogo Maarten van der Linde, de la Universidad Libre de Ámsterdam, participa en el empeño y ha acuñado una especie de eslogan de lo más gráfico. Dice así: “Cuando nace un hijo, nacen también dos padres”, según recoge el rotativo NRC Handelsblad. Sencillo y enorme a la vez.

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