Sobran cabras en la sierra madrileña
Un plan de la Comunidad de Madrid, suspendido por un juzgado por las denuncias de PACMA, pretende matar a tiros a más de la mitad de los ejemplares del Parque Nacional de Guadarrama
Tanto los ecologistas como la Comunidad de Madrid coinciden: la sobrepoblación de cabra montés de la Sierra de Guadarrama pone en peligro el ecosistema del parque natural. Tras la suspensión por parte de un juzgado del plan de control de población de la Comunidad de Madrid, que pretendía matar a tiros a más de 2.500 cabras en los próximos cinco años, el conflicto entre ambas partes se centra en cómo reducir casi un 70% el número de cápridos, que ronda los 4.000 ejemplares. El Partido Animalista (PACMA), cuyas denuncias han paralizado el plan que iba a iniciarse el pasado 19 de octubre, considera que existen alternativas a la matanza, como reintroducir las cabras en otros parques naturales o esterilizarlas.
Desde que se reintrodujeron en la Sierra de Guadarrama cerca de 70 ejemplares a principios de los 90, la especie se ha reproducido sin control por la falta de depredadores naturales. Las cabras destrozan plantas protegidas como arces y acebos autóctonos, según relata Pablo Sanjuanbenito, codirector del parque de la Sierra de Guadarrama. Pero el mayor riesgo, según la Comunidad de Madrid, es que estalle un brote de sarna. “Es un parque muy transitado, si hubiera sarna habría que cerrarlo”, comenta Mariano González, director general de Medio Ambiente. La Consejería justifica la necesidad de reducir los ejemplares incluso a tiros recordando antecedentes como el del brote que estalló en los Picos de Europa en 1999.
Esa solución es "drástica" para PACMA ya que se “opone a cualquier método de control poblacional que implique la muerte de animales”. El partido animalista propone otras soluciones como facilitar la expansión natural de la especie, trasladar las cabras a hábitats similares, esterilizarlas con inyecciones anticonceptivas, o proteger al lobo ibérico en la Sierra de Guadarrama, puesto que es el único depredador natural de la cabra. “Han optado por la solución más barata o la que atiende a otros fines que desconocemos, porque lo único que hemos obtenido de la Administración es silencio”, sostiene la abogada de PACMA, Mónica Olivares.
La opacidad con la que este plan de control se ha llevado a cabo ha sido otro de los motivos por los que PACMA presentó la denuncia. A principios de 2016 ya se habían realizado batidas en La Pedriza con arco y flecha como técnica de control poblacional. Una práctica que la Comunidad canceló tras la muerte de cerca de 50 ejemplares. “Decidimos autorizar el arco porque era más sigiloso, pero entendimos que podía generar un sufrimiento innecesario al animal y lo quitamos”, destaca el director de Medio Ambiente. El Partido Animalista, sin embargo, ha solicitado información sobre esta práctica desde el 18 de abril de este año sin obtener respuesta de la Administración, según aparece reflejado en la denuncia. “No me consta que hayan llegado esas peticiones”, señala Mariano González.
La Comunidad prevé colaborar con asociaciones de cazadores locales para reducir la población de cápridos si la juez desbloquea el plan. En todo momento irán acompañados por un agente forestal y no se llevarán el trofeo a casa, según comenta González. “Si se matan pocos ejemplares, se dejarán como alimento para los buitres”, afirma el director. Si otros parques naturales solicitan cabras montés, también se autorizarán extracciones en vivo, algo que dependerá de la demanda de dichos parques, según explica el director. Las otras alternativas propuestas por PACMA no son viables para Medio Ambiente. “Capturar las cabras una a una para esterilizarlas en un terreno tan abrupto como La Pedriza es muy difícil”, destaca González.
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