Los reyes de Holanda, en el punto de mira del Congreso
Una televisión holandesa afirma que Guillermo y Máxima gozan de un acuerdo por el que se les compensa por pagar los impuestos correspondientes a sus bienes privados
La mayoría del Congreso holandés ha pedido este martes explicaciones al Gobierno acerca del supuesto acuerdo secreto en virtud del cual los Orange son compensados por pagar los impuestos correspondientes a sus bienes privados. El arreglo económico se remonta a los años setenta y ha sido destapado por la cadena televisiva RTL Nieuws, que ha revisado “documentos oficiales de la época de la reina Juliana”, abuela del actual soberano.
Según cálculos de los investigadores, “en los últimos 42 años, la cifra recuperada ascendería a 17 millones de euros”. Como el sueldo anual de los miembros de la Casa Real (unos 8 millones de euros a repartir entre los reyes y la princesa Beatriz, para gastos de representación y de personal) está libre de cargas, la oposición parlamentaria quiere aclarar ahora la naturaleza del dinero extra de la Corona.
“Los reyes Guillermo y Máxima lo hacen muy bien y los necesitamos porque contribuyen a mantener la unidad. Pero a una monarquía moderna le corresponden unos impuestos modernos”. La frase es del diputado socialdemócrata holandés Jeroen Recourt, que encabezó la tanda de preguntas en la Cámara. A pesar de que forma parte de la coalición de centro izquierda en el poder, su partido ha criticado a menudo al primer ministro liberal, Mark Rutte, por su rechazo a tocar las cuentas reales. Esta vez, su pregunta ha sido ineludible. Quería saber si, como señala la investigación televisiva, “el monto de la compensación pactada ascendía hace cuatro décadas a unos 150.000 florines anuales (unos 230.000 euros actuales). Y, sobre todo, si el rey Guillermo se beneficia de la misma.
Acciones en varias compañías y sus ahorros, son algunos de los bienes particulares por los que sí cotizan los Orange. Y por los que luego reciben lo que los expertos fiscales califican de “subsidio absurdo”. En 1973, y siempre según el relato de la televisión, “hubo reticencias en el Gobierno de la época, que al final decidió no especificar la partida compensatoria en la nómina de las cuentas reales”.
El revuelo financiero llega después de saberse que los catorce nietos de Juliana han vendido, en secreto, un cuadro y un atlas provenientes de la herencia de la abuela por más de 3 millones de euros. Los museos nacionales han lamentado que no se les informara para que no salieran, en lo posible, del país. El lienzo, Incendio en el bosque (1849), del pintor indonesio Raden Saleh, lo compró la Galería Nacional de Singapur. El Atlas, un coleccionista privado.
Problemas en Noruega
En Noruega, el príncipe heredero, Haakon, ha tenido sus propios problemas fiscales por no haber pedido permiso antes de alquilar once casas levantadas en el terreno de la finca de Skaugum, donde reside junto con su esposa, la princesa Mette-Marit, y sus hijos. Los ingresos así recibidos en 2015 ascienden a unos 153.000 euros, según la prensa nacional. El propio príncipe se ha visto obligado a admitir que las rentas “no se sujetaron a las regulaciones necesarias”, a través de su oficina de prensa. “En junio de 2016 empezamos a trabajar en la aplicación de las medidas adecuadas, y los certificados se pedirán al consistorio de Asker (el elegante barrio de Oslo donde se ubica el complejo residencial) en cuanto estén listos los trabajos efectuados en los edificios”, reza el comunicado oficial emitido al respecto.
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