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Una factura secreta para la Carroza de Oro de Guillermo

La oposición holandesa exige aclarar quién pagará la restauración del carruaje real

Isabel Ferrer

La carroza no es muy antigua, data de 1898, pero es de oro. De pan de oro, claro. El pueblo holandés se la regaló a la reina Guillermina, bisabuela del actual soberano, Guillermo Alejandro, que la utiliza el día de la apertura del Parlamento. Muy vistosa, brinda una vez al año las únicas imágenes asociadas al boato de la monarquía en el país. El problema es que necesita ser restaurada, y el trabajo se prolongará tres o cuatro años. Su coste no se ha hecho público, pero saldrá de la partida correspondiente a los gastos de la casa real, que el rey puede distribuir como desee. Al estar incluida en el total de los 40,6 millones de euros presupuestados para el mantenimiento del personal y la labor regia, no repercutirá en los impuestos. Por eso, y porque el uso que la realeza hace de su asignación es auditado anualmente, el Gobierno sostiene que las cifras del carruaje deben mantenerse en secreto. De otro modo, se vulneraría la privacidad del monarca amparada por la Constitución.

La oposición parlamentaria, sin embargo, ha pedido explicaciones al primer ministro, el liberal Mark Rutte. Tanto los socialistas radicales, como los liberales de derecha, temen que el precio de la restauración suba en exceso y el pagano sea el contribuyente. Algo así ocurrió con el velero particular de la hoy princesa Beatriz de Holanda, madre de Guillermo. También fue un regalo de sus conciudadanos, pero su elevado mantenimiento, con dinero público, acabó dañando su reputación y ella tuvo que asumir parte del gasto. “Hay secretos de Estado, pero en esto no. Aunque deseamos creer al primer ministro cuando descarta el sobrecoste, pedimos ver las cuentas”, han dicho los socialistas. Sin éxito, por ahora.

De madera de teca y estilo renacentista holandés, la berlina dorada presenta en su exterior una alegoría de la época colonial. Las figuras de africanos e indonesios rindiendo pleitesía resultan hoy polémicas, pero su sustituta en los próximos años no tendrá ese problema. Es la Carroza de Cristal, de estilo imperio, que solo luce las armas del Reino de Holanda en ambas puertas.

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