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California, enterrada en las iniciativas populares

Además de votar por el presidente de EE UU, los electores se pronuncian sobre 17 leyes

Pablo Ximénez de Sandoval
La candidata demócrata, Hillary Clinton, hace campaña en California.
La candidata demócrata, Hillary Clinton, hace campaña en California.JONATHAN ALCORN (AFP)

Hillary Clinton va a ganar las elecciones a presidente en California. Perdón por el atrevimiento, es así. Lo interesante de la votación en el Estado más poblado de EE UU no está ahí, sino en las 17 propuestas legislativas que se van a votar en la misma papeleta el próximo 8 de noviembre. En ellas, los californianos van a decir o noa asuntos de gran calado que pueden marcar un importante precedente sobre debates profundos en este país.

La que más posibilidades tiene de ser aprobada es la legalización completa de la marihuana. California lo rechazó en 2010 pero ahora el apoyo es abrumador. La economía en torno a esta planta considera California el punto de no retorno en EE UU. Dos iniciativas opuestas sobre la pena de muerte: una para eliminarla y otra para hacer el proceso más rápido y eficiente. California se dispone a sentar un nuevo precedente sobre uno de los debates que más división provocan en EE UU. Otras dos sobre subidas de impuestos, uno a los ricos y otro al tabaco. Otra para exigir controles de antecedentes a los que quieran comprar munición, además de prohibir la venta y posesión de cargadores de gran capacidad. Los fabricantes de bolsas de plástico no reciclables, prohibidas en California en 2014, han presentado una iniciativa para revertir esa ley. Otras dos para que los votantes autoricen emisiones de deuda milmillonarias para modernización de las escuelas e infraestructuras hidráulicas. Otra para reducir la dureza del sistema penal. Una medida quiere controlar el precio que paga el Estado por los medicamentos. También se vota si los actores porno deben ponerse obligatoriamente condón.

Por último, el propio legislativo ha puesto dos medidas en la papeleta: si se debe acabar con el sistema de inmersión para enseñar inglés y otra sobre si California debe actuar como Estado para combatir la sentencia de Citizens United del Supremo, que permite las donaciones ilimitadas de las empresas a campañas electorales.

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No faltan los comentaristas que afirman que el proceso de iniciativas populares se ha ido de las manos.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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