Cinco propuestas para enseñar a los niños a conocer los pájaros

Muchos niños inician su relación con los pájaros con el clásico polluelo despistado que ha caído de un nido o está herido en la calle. ¿Qué hacemos con él? La idea extendida de convertir una caja de cartón en su casa y ofrecerle pan con leche no es la mejor opción: los expertos recomiendan observar si sus padres están cerca, si se le debería subir a un árbol para que esté a salvo o si conviene llevarlo a un centro de recuperación de aves. ¿Qué más desconocemos de la ornitología?

Este fin de semana -1 y 2 de octubre- se celebra el Día de las Aves y son muchas las propuestas pajareras para familias. Desde SEO/Birdlife se organiza durante todo el año actividades infantiles a través de su ‘Club Aventureros’ y se acaba de abrir una campaña de microfinanciación para crear un Aula de Naturaleza para los más pequeños ingresados en el Hospital Niño Jesús de Madrid. “La mejor forma de educar a los niños en la protección y conservación de las aves es implicándolos en iniciativas solidarias y ecoturísticas, y enseñándoles la gran riqueza de aves que tenemos. El turismo ornitológico se ha especializado en los últimos años con rutas y propuestas adaptadas a todas las edades, gracias a guías expertos que permiten ver más allá de un pájaro: qué especie es, de qué se alimenta, por qué está ahí. Eso no lo podríamos saber sólo paseando con unos prismáticos”, describe Ramón Martí, Director de Coordinación Territorial y Responsable de Medio Ambiente en SEO/BirdLife.

Según el Observatorio de Turismo Rural, el ocio ornitológico ha crecido de forma exponencial en los últimos años, con un 21,4% de propietarios de centros rurales que se especializan en este tipo de turistas frente al 14,1% de negocios en 2014. Extremadura (43,9%), Castilla y León (27,1%) y Aragón (25,6%) han tomado la delantera en la creación de rutas y propuestas relacionadas con los pájaros, no sólo dirigidas al turismo internacional especializado, sino en busca del cliente nacional que apoye el desarrollo rural con este tipo de actividades. Aquí proponemos cinco planes entre prismáticos y plumas para disfrutar en familia, entre todas las zonas para ver aves del país.

Reserva Ornitológica de Riet Vell (Tarragona)

El trabajo de recuperación de humedales ha conseguido en el Delta del Ebro un entorno único para disfrutar en familia no sólo del avistamiento de pájaros, sino también de una jornada agrícola para descubrir los oficios del campo. La finca de Riet Vell se apoya en la agricultura ecológica de arroz y hace convocatorias periódicas para participar en sus actividades agrícolas -como la siembra y cosecha-, acompañadas de telescopios que intrigarán a los más pequeños con el avistamiento de los habitantes del delta. Los voluntarios de SEO/Birdlife que colaboran en este proyecto imparten talleres dinámicos para niños como el anillamiento científico y les enseñan a construir cajas-nido para instalar en el jardín. La próxima cita de siega participativa, juegos educativos y anillamiento se celebrará el 1 y 2 de octubre.

La Dehesa de Abajo (Sevilla)

Para los principiantes que sólo han visto pájaros de lejos, nada mejor que un ‘Curso de Iniciación a la Ornitología’ en la Reserva Natural Concertada Dehesa de Abajo, en La Puebla del Río. En este tipo de cursos introductorios se aprende nociones básicas de la zoología específica de las aves, su anatomía, hábitats y costumbres migratorias para después salir a pasear y observar lo aprendido sobre el terreno con ayuda de prismáticos. El Centro de Intepretación de la zona facilita información sobre las rutas accesibles para menores y carritos, así como los accesos a los dos observatorios de aves sobre la laguna. Desde aquí se tiene una vista privilegiada de flamencos y zampullines colorados que contrastan con los pájaros en la zona de pastizales y ganadería, que cuenta con espectaculares rapaces y la mayor colonia de cría de cigüeña blanca de España.

Reserva Ornitológica de O Grove (Pontevedra)

El invierno es la mejor época del año para que los niños observen de cerca un tipo de ave zancuda, la espátula, que con su pico aplanado busca alimento en el fondo de los humedales. El chorlitejo patinegro, zarapitos, ostrero euroasiático, garza real y ánades son otros de los habitantes estacionales del Complejo Intermareal Umia-O Grove, cerca del itsmo de A Lanzada. Los nidos a pie de duna hacen que algunas aves estén potencialmente en peligro por pisadas o máquinas limpiadoras, por lo que se intenta enseñar al público las medidas de precaución para visitar esta zona sin poner en riesgo a los pájaros. Este ecosistema protegido es el destino de invernadas y migraciones de hasta 13.000 aves acuáticas, algunas de las cuáles protagonizan campañas de concienciación entre la población escolar y los turistas con visitas guiadas por expertos ornitólogos.

Marismas Blancas (Cantabria)

El proyecto ‘EcoAstilleroXXI’ se propuso en los años 90 para recuperar la riqueza medioambiental del municipio de Astillero (Cantabria), en la antigua zona de marismas desecadas para uso industrial que durante años estuvo abandonada. La colaboración del Ayuntamiento y SEO/Birdlife consiguió devolver el terreno a los humedales y con los años se ha recuperado la flora y fauna autóctona. Ahora esta zona es uno de los enclaves naturales más importantes del Cantábrico, con invitados sorpresa como la familia de nutrias que apareció la pasada primavera y que demuestra la calidad del agua. En las marismas encontramos más de 70 especies de aves, cuya mejor época para ser avistadas es el invierno. La zona, incluida entre las Reservas Ornitológicas del país, cuenta con un Centro de Interpretación que ofrece folletos y nociones básicas para la ruta circular, adaptada y accesible, que muestra un paisaje diferente en bajamar y pleamar.

Mingorrubio y Monte del Pardo (Madrid)

El grupo ornitológico de la zona de El Pardo organiza excursiones periódicas -previa inscripción- para recorrer este espacio natural con un experto. Las familias se encontrarán con un taller dinámico basado en la escucha y observación de aves de ribera y del bosque mediterráneo propio de la zona: no garantizan que al acabar la jornada los niños sepan identificar pájaros por sus trinos, pero al menos habrán pasado un día entretenido al aire libre. Siguiendo el cauce del río Manzanares a su paso por El Pardo y hasta llegar a la presa de Mingorrubio encontraremos fácilmente águila imperial y buitres negro y leonado, entre otras rapaces. La próxima excursión programada se celebra el 2 de octubre, fecha en la que el avistamiento de pájaros se completa con la berrea de ciervo y otras especies autóctonas.