Los últimos de la Selectividad

La PAU (Prueba de Acceso a la Universidad) tiene las horas contadas. No es solo la última convocatoria de este año, sino el final de la prueba tal y como lo la conocíamos desde su última reforma de 2009. La convocatoria extraordinaria de estos exámenes para los alumnos de bachillerato que quieran entrar en la Universidad tiene lugar en todas las comunidades autónomas, aunque en distintas fechas.

Miles de alumnos se enfrentan estos días a las pruebas de acceso a la Universidad en toda España, con la presión añadida de que, si no aprueban, tendrán que presentarse el próximo año a un nuevo examen del que se sabe muy poco. La nueva prueba, la reválida, se aprobó con la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) en 2013 y se vive con cierta incertidumbre desde los institutos, también entre el profesorado. Para Amelia Blanco, profesora de Economía en el IES Carmen Conde, de Las Rozas, la reválida "se vive con mucha preocupación por no tener muy claro qué materias van o cómo es el modelo de examen y qué nivel tienen que llevar los alumnos. Todos; familias, alumnos y profesores tenemos muchísima preocupación y mucha incertidumbre de cómo se ha implantado", afirma esta docente de la Comunidad de Madrid, donde los días 13, 14, 15 y 16 de septiembre cerca de 6.000 alumnos serán los últimos en responder a las preguntas de la última prueba de la Selectividad.

El Ministerio de Educación ha acordado una prueba con la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) que sustituirá a la Selectividad pero de la que aún se saben pocos detalles. El año 2017 los alumnos realizarán una reválida al terminar bachillerato. Según la LOMCE, la prueba será necesaria para obtener el título y obligatoria para todos los alumnos que terminen bachillerato aunque el primer año de implantación solo servirá como examen de acceso a la universidad. Julio Contreras, Vicerrector de Estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid, considera que la PAU funciona "razonablemente bien" y permite ordenar a los estudiantes para la admisión con un principio de equidad e igualdad en todo el territorio nacional. "Estamos contentos de cómo funciona esta prueba", asegura.

La LOMCE permite que cada universidad establezca su propio examen de acceso, aunque de momento los campus han acordado ir todos de la mano con este nuevo examen. Contreras considera que "con una prueba de nivel que ordene a los estudiantes hay más que suficiente”. El vicerrector afirma que desde las universidades españolas tratarán de garantizar la equidad e igualdad de derechos para todos los estudiantes que quieran acceder a las Universidades públicas trabajando en contacto con los responsables de secundaria. "Será una prueba parecida", apunta. "La selectividad y la PAU han venido cumpliendo sus objetivos"