Angustia escolar
Comienza el curso y nos obsesionamos con la educación
En la vida hay pocas certezas y muchas dudas. Entre las certezas hay una inamovible que seguro que comparten: que solo la educación nos garantiza un futuro mejor y más digno, como individuos y como colectividad. Entre las dudas hay una que seguro que se repite día tras día en su cabeza: la de si está, estaremos, haciéndolo bien.
Público o privado, concertado o cooperativa, laico, religioso o de valores (¿y qué valores?), con método o sin método (¿y qué método?), orientado al rendimiento, la competencia y el mercado o humanista y centrado en las personas, con autoridad o con responsabilidad, con libros o sin libros, electrónicos o de papel, con deberes o sin ellos (¿y cuántas horas al día?), con uniforme o sin él (¿y hasta cuándo?), en el barrio o en otro sitio, bilingüe o con idiomas, pequeño y familiar o grande y anónimo, en España o fuera de ella, horario continuado o partido, extraescolares o dejémosles en paz, vacaciones cortas y frecuentes o largas y asalvajadas.
Añadamos a eso el lote de decisiones a tomar en casa: van solos o acompañados y a partir de cuándo, supervisión o mano ancha, premios o castigos, se acuestan a las ocho, a las nueve o a las diez, disciplina o empatía, con móvil o sin él, paga mensual o no, ropa de marcas o austeridad, cuándo se pueden quedar solos, se van un año fuera o no, y cuándo es mejor en 4º de ESO o en 1º de Bachillerato, y así sucesivamente. Son decenas de decisiones binarias que se bifurcan y avanzan por un árbol lógico que no te deja volver sobre tus pasos. Una pesadilla para la que nadie te prepara. Desde luego que antes era todo más simple: ibas al cole o no, y ya estaba, nadie se hacía tantas preguntas. Y los padres educaban a distancia o por defecto, pero si allí había un método desde luego que estaba muy bien disimulado.
Comienza el curso y nos obsesionamos con la educación: reválidas, leyes, libros, PISA, los profesores. En medio del estrés puedes tener un pensamiento iluminador: si hemos salido de las cavernas y llegado a la Luna será porque al final todo acaba saliendo bien. Pero claro, no todos han llegado a La Luna, te vuelve a asaltar la duda, ¿a qué colegio iría Neil Amstrong?, te sorprendes pensando. Y vuelta a empezar. @jitorreblanca
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