Aquí no hay sitio para nadie
MÁS DE LA MITAD de la humanidad vive en ciudades. Y, según la ONU, la cifra aumentará al 66% en 2050. El fotógrafo holandés Martin Roemers desconocía estos pronósticos cuando en 2003, durante un viaje a Bombay, se planteó la siguiente pregunta: ¿cómo puede la gente vivir en ciudades tan inmensas? Desde 2007 busca la respuesta a través del proyecto Metropolis (de la editorial Hatje Cantz). Porque Roemers no documenta la vida en cualquier ciudad, su objetivo trata de capturar la energía, el caos y el tumulto de las denominadas megaciudades, es decir, núcleos urbanos de más de 10 millones de habitantes.
Pekín, Buenos Aires, Los Ángeles, Londres, Estambul, Moscú, Ciudad de México, Río de Janeiro, Tokio… En los últimos ocho años, Roemers ha viajado por todo el mundo con su cámara analógica para retratar 22 megaciudades. Para él, cada urbe es un teatro, con escenarios y actores bien distintos. En sus instantáneas aspira a apresar no solo el carácter colectivo de la ciudad, también esas pequeñas historias individuales que la prisa se ocupa de desdibujar.
pulsa en la fotoCruce de Shibuya, Shibuya-ku, Tokio, Japón, 2013.Sergi Pons
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.