Un árbol mató a mi hermano
Los árboles, como las personas, sufren infartos y se caen solos. Más o menos así se pronunciaba la alcaldesa de Madrid sobre el fallecimiento de mi hermano a quien, nada más sentarse en un banco del parque de Moratalaz, una inmensa rama de más de 200 kilos le quitó la vida el pasado 12 de julio. La delegada de Medio Ambiente, por su parte, tenía información de que “ese mismo árbol había sido revisado recientemente y se encontraba en perfecto estado”. Me gustaría poder ver esos documentos, saber dónde y cuándo exactamente ese olmo fue revisado. Por cierto, ¿cómo una rama tan grande se encuentra sobre un banco donde previsiblemente las personas se sientan? ¿a nadie le parece, como mínimo, imprudente?— Miguel Ángel Jiménez Manso. Oviedo.
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