¿Los Juegos de Río beneficiarán a los brasileños o serán un dispendio innecesario?

Estos son los comentarios más destacados hasta ahora:

No es creíble que Brasil vaya a convertirse en una excepción en relación con las consecuencias que se desprenden de los Juegos Olímpicos. Ese evento implica la adquisición de tres importantes componentes que impulsan el progreso: divisas, inversión y trabajo. Indirectamente también aporta cosas importantes, como la posibilidad de demostrar los atractivos turísticos del país donde se celebran y algo que pudiera llamarse una “limpieza a fondo” en las ciudades donde se llevan a cabo.

Así que resulta absurdo pensar que las Olimpíadas vayan a hacerle más daño a Brasil que el que ya le han hecho los malos gobiernos durante el tiempo que ha transcurrido desde que se escogió Río de Janeiro como la sede de 2016.

Isidoro Aguerao

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Hemos sido testigos, en distintos países, del despegue que ha supuesto para ellos la celebración de unos Juegos Olímpicos. Los exigentes niveles de organización e infraestructuras necesarios para un evento de tal magnitud, hacen que solo las estructuras políticas adecuadamente engranadas sean capaces de llevarlo a cabo con éxito. El país anfitrión consolida su posición mundial -si su situación era emergente-, o confirmar su trayectoria -si ya estaba establecida con anterioridad-. Es previsible, en este sentido, que el resultado sea muy diferente entre Río 2016 y Tokio 2020. Río de Janeiro, como sede de los Juegos de un país pujante como Brasil, ha llegado a la jornada de inauguración sin dar respuesta a muchas de sus cuestiones de futuro, por la turbia situación política que asola al Partido de los Trabajadores de Lula da Silva y Dilma Rousseff. En esas condiciones será difícil que puedan aprovechar la oportunidad única que suponen los primeros Juegos Olímpicos de Sudamérica. Más que nada porque tras los últimos fuegos artificiales de la clausura y el reparto de medallas, la situación brasileña aún estará pendiente de organizar y clarificar.

Luis Alberto Rodríguez

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Luis Rojas San Martín

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Los Juegos de Río son un rayo de luz entre noticias sobre inhumanos con machetes, matanzas de inocentes, extremismo religioso o políticos corruptos. La gente también tiene derecho a informaciones más optimistas. Me alegra que los brasileños hayan sido capaces de organizar un certamen de tal escala. Una nación lúcida ha de saber sonreír a pesar de las pesadillas del día a día. Disfrutemos de los Juegos Olímpicos.

Farid A. B.