Parques tras el botellón
La práctica social del botellón, tan extendida en la actualidad, parece irrefrenable. Los alcaldes tratan desde hace tiempo de encontrar una solución para este grave problema. Dicen sentirse impotentes tras hablar con los empresarios de los diversos sectores implicados, así como con las familias. Finalmente se han limitado a tomar medidas contra los ruidos y la suciedad. Es verdaderamente lamentable comprobar el impresentable estado en que quedan los parques y jardines tras los fines de semana. Y los parques —como espacio abierto con zonas verdes y áreas para juegos— son nuestro patrimonio común. Hay que cuidarlos, porque son fundamentales para la construcción de comunidades más fuertes, más seguras y más sanas.— Miguel Sánchez Trasobares. Zaragoza.
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