Las ambiciones de Erdogan
Una parte importante del Ejército y de los jueces de Turquía veía en Erdogan un aspirante a restablecer el califato otomano sin importarle demasiado sus viejas aspiraciones de integrarse en Europa, a la que tenía que hacer demasiadas concesiones políticas y económicas. Puede decirse que la “vía turca”, que combinaba la democracia con la práctica acentuada de costumbres islámicas, ha llegado a su final. Y no solo eso: con esta reacción al misterioso golpe, Erdogan ha dado la puntilla al kemalismo, la doctrina que impedía las veleidades islamistas que llevaron a Turquía al borde de la desaparición después de la I Guerra Mundial. Solo queda esperar a ver hasta dónde llegan las ambiciones de Erdogan.— Xus D. Madrid. Palamós (Girona).
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