_
_
_
_

Orgullo sin prejuicios

Arranca 'Mamá ya lo sabe' blog coral dedicado a la información sobre el colectivo LGTBI+

Pablo León
Un participante con la bandera del arco iris en la manifestación del Orgullo LGTB ,la más grande de Europa, que hoy recorre el centro de Madrid.
Un participante con la bandera del arco iris en la manifestación del Orgullo LGTB ,la más grande de Europa, que hoy recorre el centro de Madrid.JUAN CARLOS HIDALGO (EFE)

Hace un par de semanas el Orgullo llenaba las calles de Madrid. La celebración madrileña -“que ha mejorado la imagen de la ciudad”, en palabras del actual Ayuntamiento- es una de las más multitudinarias y reseñadas del mundo. “El Orgullo ha jugado un papel fundamental en la lucha por los derechos: ha cambiado la sociedad y nuestras vidas. La comunidad se reúne aquí para reivindicar y celebrar, algo que no se puede hacer en otros lugares del mundo”, dijo durante las celebraciones Sue Doster, copresidenta de Inter Pride (organización internacional del colectivo). Acudió a la ciudad a pasar el testigo del World Pride, el Orgullo Mundial que se celebra el año que viene en la capital española.

“En Madrid los derechos son una realidad: se vive y disfruta en libertad. Pero en otros países o incluso regiones de España, la realidad LGTB es mucho más compleja. Por eso reivindicación sigue siendo muy importante”, opina un activista. La capital, y el cambio de percepción del colectivo, es un ejemplo para la comunidad LGTB internacional. A pesar de ello, Madrid ondeó por primera vez la bandera arcoíris en sus instituciones el año pasado. Lo hizo la alcaldesa Manuela Carmena (Ahora Madrid) y la siguió la presidenta de la Comunidad Cristina Cifuentes (PP). Este año ambas han colgado ‘orgullosas’ la enseña multicolor, pero antes, ningún primer edil (el PP estuvo más de dos décadas al frente del Consistorio capitalino) se atrevió a lucir los colores de la comunidad en una de las capitales más LGTBfriendly de Europa. En un país pionero en aprobar las uniones entre personas del mismo sexo. En una ciudad abierta y tolerante, donde en lo que va de año han ocurrido 107 agresiones homófobas, según el colectivo Arcopoli. “Eso sin contar las que no se denuncian”, añaden desde la organización.

De ahí la importancia del Orgullo. Se trata de una reivindicación (festiva, pero reivindicación) de la identidad que apela de los orígenes del movimiento LGTB desde sus orígenes con el movimiento homófilo del siglo XIX hasta las teorías filosóficas queer pasando por las icónicas protestas de Stonewall o la figura política de Harvey Milk. De ahí también la importancia de los Orgullos: el de Tel Aviv, referente en Oriente Próximo en libertados; el que celebraron en los barrios de Madrid este año, como el de Usera por ejemplo; los Orgullos Críticos que denuncia la mercantilización de la lucha por la identidad; o el de Ciudad del Cabo, que defiende derechos en un continente donde la comunidad LGTB es cazada y asesinada.

“Es puro activismo que lucha de una manera muy visual contra el sexismo”, dice un participante en la vistosa carrera de tacones, que desde hace más de 15 años se celebra en Madrid. Se ha peleado mucho y se han conseguido muchos derechos, pero aún hay gente que suelta en alto: “¿Cuándo celebramos el Día del Orgullo Hetero?” o lamenta con tono dramático que el Orgullo se haya convertido en una fiesta. Es una fiesta de derechos. Puede que a muchos no les guste el tono lúdico que domina parte de los eventos o las fiestas en macrodiscotecas o las orgías que se puedan organizar en algunos locales o alguna otra convocatoria. No es obligatorio ir a todas. Ni siquiera es obligatorio ir a ninguna. Pero, los Orgullos del mundo siguen siendo necesarios. La información sobre el colectivo LGTBI+ (y todas las siglas que haya que añadir), también. De ahí el lanzamiento de Mamá ya lo sabe –porque las madres siempre lo saben y las abuelas siempre lo intuyen-. Hay que defender Orgullos sin prejuicios así como la información desprejuiciada sobre colectivo.

Bienvenidos a Mamá ya lo sabe.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_