Si esperas un niño, es más probable que tu parto sea prematuro
Así lo concluye un estudio elaborado en Australia que ha analizado más de 550.000 nacimientos a lo largo de 30 años (1981-2011)
La desigualdad comienza desde que estás en el útero. Tener un niño varón puede acarrear más complicaciones para la madre en el parto que tener una niña, así lo concluye un estudio elaborado en Australia que ha analizado más de 550.000 nacimientos a lo largo de 30 años (1981 -2011). Este es el primer estudio elaborado en el país sobre los nacimientos relacionados con el sexo del futuro bebé. Los problemas de la madre que se estudiaron fueron la alta presión sanguínea y la diabetes mellitus gestacional, una forma de diabetes inducida por el embarazo. La investigación se ha publicado en la revista científica Plos One.
“La conclusión principal”, argumentan los autores en un comunicado, “está muy clara: el sexo del futuro bebé tiene una vinculación directa con el embarazo y posterior parto”. Entre los resultados, cabe destacar que los bebés varones tienen una mayor probabilidad de nacer prematuros. “Tienen un 27% más de probabilidad de nacer entre la semana 20 y 24; un 24%, de hacerlo entre la 30 y la 33 y un 17% de nacer entre las 34 y 36”, aseguran.
En cuanto a las madres, los autores aseguran que las que esperan un bebé niño tienen un 4% más de riesgo de padecer una diabetes gestacional y un 7,5% de sufrir preeclampsia [se caracteriza por hipertensión arterial, edemas de presencia de proteínas en la orina y aumento excesivo de peso]. “Nuestros resultados enfatizan la necesidad de que existan intervenciones específicas para bebés niñas y niños, para así evitar consecuencias nefastas para la madre y el niño”, añaden.
En un trabajo previo, los investigadores australianos habían publicado diferencias por sexo en la expresión de 142 genes en la placenta en embarazos sin complicaciones, algo que puede resultar "crítico" y explicaría estas diferencias que luego se ven en el momento del parto, según el mismo comunicado.
En conclusión, el estudio confirma la presencia de dimorfismo sexual [conjunto de variaciones morfológicas y fisiológicas que se da entre los machos y las hembras de una misma especie] en el embarazo. Los mecanismos para entender esto son todavía desconocidos, “pero es probable que la expresión genética y la función de la placenta jueguen un papel importante”.
“Se requiere más investigación sobre las diferencias sexuales en la función placentaria y la adaptación materna al embarazo para delinear los mecanismos moleculares causales en el resultado del embarazo según el sexo del futuro bebé”, concluyen.
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