Clooney vs Hanks
Antes, los malos de Hollywood eran los comunistas. Luego fueron los narcos y los terroristas extranjeros. Y hoy son... !los capitalistas!
Quién lo iba a decir: antes, los malos de Hollywood eran los comunistas. Luego fueron los narcos y los terroristas extranjeros. Y hoy son... ¡los capitalistas!
Las nuevas películas de nuestros galanes maduros, George Clooney y Tom Hanks, pintan al sistema económico como un reality show fraudulento (Money Monster) o como una máquina de despedir trabajadores para alimentar tiranos caprichosos (Esperando al rey). No es de extrañar: en pleno siglo XXI, hasta Iron Man es crítico con la política exterior de Estados Unidos. Cuando el abominable Donald Trump habla de "devolver la grandeza a América", seguro que está pensando en subvencionar la tercera versión de Independence Day.
Y, sin embargo, un sueño americano sigue en pie: George Clooney. Él encarna todos nuestros anhelos. Cuando bueno, es ese guapo progresista marca Armani que puede denunciar las injusticias y promocionar Nespresso en la misma tanda comercial. Cuando malo, es ese cínico encantador con el que te irías a tomar unas cañas y a contar chistes verdes... Pero al final, toma consciencia de sus errores y se vuelve bueno. Ni siquiera Julia Roberts es capaz de odiarlo.
Por su parte, Hanks se especializa en el patetismo. Para Esperando al rey, el actor interpreta a un empresario quebrado que no puede ni pagar la universidad de su hija y vive mendigando una cita ante los nuevos dueños del chiringuito: saudíes y chinos. Nadie como el viejo Forrest Gump para decir con la mirada: "Perdón, ¿alguien ha visto al mundo libre? Ayer lo dejé aparcado aquí".
La verdad, es muy justo que el capitalismo salga mal parado. Porque el sistema nos prometió que seríamos George Clooney. Pero acabamos igualitos a Tom Hanks.
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