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CLAVES
Columna
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De sorpresa en sorpresa

El pobre tratamiento de las causas del ‘Brexit‘ pone de manifiesto la miopía y superficialidad con la que se aborda la transformación de la política en Europa

Sandra León
"Marcha por Europa", manifestación en Londres en protesta por los resultados del Brexit.
"Marcha por Europa", manifestación en Londres en protesta por los resultados del Brexit.Niklas Halle'n (AFP PHOTO)

El Brexit se ha colado en el debate público con un elevado interés hacia sus consecuencias y una limitada atención hacia sus causas. La reacción inmediata de los medios fue centrarse en los efectos financieros del resultado y, algo más tarde, en si lo ocurrido revitalizaría el populismo euroescéptico que crece en otros países. ¿Dónde queda un análisis pormenorizado de sus causas? ¿Responde el Brexit a factores puramente nacionales o podemos vincularlo a lo que está ocurriendo en otros países europeos, como el triunfo del FPÖ en Austria?

Desconocemos las respuestas, pues hoy los británicos están inmersos en procurar una salida “lo menos Brexit posible” y en devolver al país un Gobierno y una oposición. Nadie parece atender a las causas del resultado, sino a cómo gestionarlo. Por eso muchas explicaciones han sido pobres y perezosas, como la que culpa al votante de su ignorancia o imbecilidad. Para comprender lo que ha pasado hemos de formular primero muchas preguntas, como por qué si las consecuencias económicas eran tan evidentes los ciudadanos han estado dispuestos a pagar ese coste.

El resultado de un debate público que pasa de puntillas sobre los factores que explican los acontecimientos políticos en Europa es la ausencia de una visión global de los cambios y, en consecuencia, ir por detrás de los acontecimientos bajo un estado de continua sorpresa: hoy fue el Brexit, mañana lo que ocurra en las (repetidas) presidenciales en Austria y quizá el próximo año en las de Francia. Depositamos nuestra capacidad de predicción en lo que den de sí las encuestas. Y cuando éstas se equivocan, los interrogantes se dirigen hacia el fallo en la técnica de estimación, y no tanto hacia los motivos de fondo que explican un resultado inesperado.

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El pobre tratamiento de las causas del Brexit pone de manifiesto la miopía y superficialidad con la que se aborda la transformación de la política en los países europeos. Si el análisis y la reflexión sobre lo que está pasando siguen relegados a la discusión académica, sin traspasar al debate público, seguiremos yendo de sorpresa en sorpresa.

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