La coctelera de la moda catalana
Diseñadores independientes y marcas comerciales cerraron ayer la pasarela 080 en el Instituto Nacional de Educación Física de Catalunya
El 080 Barcelona Fashion es como una coctelera, reúne ingredientes de la moda catalana de lo más dispares, y mezclados forman un buen escaparate del estado del sector. La 18ª edición de la pasarela, que se cerró ayer en el Instituto Nacional de Educación Física de Catalunya, en Barcelona, siguió esta línea. En un entorno deportivo, se vieron colecciones para primavera-verano 2017 muy athleisure con firmas como Krizia Robustella, Carlotaoms o TCN, pero luego la sastrería tomó protagonismo con Josep Abril, Antonio Miró o García Madrid, o el atrevimiento se impuso en las colecciones de Custo Barcelona, con el beige como novedad, o de Brain&Beast, irreverente como siempre.
Como los licores y aderezos de un coctel, diseñadores independientes, sus pupilos emergentes y marcas más comerciales, como Yerse o Sita Murt, comparten espacio. Con la etiqueta de diseño de autor, Miriam Ponsa y Txell Miras nunca fallan. La primera presentó una colección inspirada en el cultivo del arroz, siguiendo su estilo oversize y con muchas cintas y colores luminosos. Los contenedores de puerto inspiraron a Miras, que jugó con volúmenes y patrones desestructurados en una propuesta con tejidos como neopreno, charol o impermeable que daban ese toque portuario.
Celia Vela presentó a contracorriente sus propuestas para otoño, que en agosto ya estarán en las tiendas. Entre bastidores, la diseñadora contó que se sumaba al carro de Burberry o Tom Ford, que apuestan por acortar el tiempo entre la presentación y la venta de sus creaciones. La fallecida arquitecta Zaha Hadid sirvió de inspiración a Miquel Suay —ganador del premio a la mejor colección—, que le rindió homenaje con diseños que emulaban el movimiento de sus edificios con rejillas y múltiples sobreposiciones. Entre los emergentes, Grados destacó con una colección muy coherente de inspiración marinera y Ssic and Paul presentó vestidos y túnicas en tonos claros y algunos azules marinos.
La pasarela 080 es nómada, cada edición se celebra en un espacio diferente de la ciudad condal, una apuesta que tiene la ventaja de la sorpresa, y en esta edición el enclave era toda un descubrimiento para muchos visitantes; pero el inconveniente de los contratiempos, como un aire acondicionado que no podía luchar contra el calor de los focos de pasarela.
Destinada a potenciar el diseño autóctono, y organizada por la Generalitat, la semana de la moda también contó con actividades paralelas, como un mercado de pequeñas marcas, un showroom comercial, un espacio para las escuelas o una conferencia de los prescriptores de tendencias neoyorquinos Lynn Yaeger y Mickey Boardman. Para invitar a la gente a vivir el 080, también hay una zona abierta más festivalera con comida, bebida y música. La moda no es sólo pasarela. Las tendencias están en la calle. Y en el 080 los que pisan el asfalto y viajan en metro también están invitados al show.
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