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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Volver a ser una mujer completa

En España viven unas 17.000 mujeres en riesgo de sufrir mutilación genital femenina. La cirugía reconstructiva genital que ofrecen centros privados y públicos puede ayudarlas

Cuchillos como este se utilizan para realizar ablaciones.
Cuchillos como este se utilizan para realizar ablaciones.A.A.
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La mutilación genital femenina es la alteración o lesión de los órganos genitales femeninos por motivos no médicos que se realiza en 29 países de África y Oriente Medio, en 24 de los cuales es ilegal. La OMS calcula que actualmente viven 125 millones de mujeres y niñas que han sufrido algún tipo de ablación genital.

Es una práctica degradante que, además de violar los derechos básicos de la mujer, es perjudicial para la salud. Afecta física y psicológicamente a las chicas que la sufren. “Son mucho más propensas a tener infecciones, quistes, abscesos, incontinencia urinaria, reglas muy dolorosas”, afirma el doctor Iván Mañero, cirujano plástico especializado en cirugía genital femenina. “La mayoría sienten un dolor continuo al hacer ciertos movimientos, al coger peso, al realizar las tareas diarias. Las relaciones sexuales suelen ser dolorosas. La mala cicatrización suele provocar que necesiten una cesárea para que nazcan sus hijos, pero también se dan muchos casos de infertilidad por culpa de una infección durante los primeros días después de la mutilación”, añade el cirujano. Las consecuencias dependen de cada caso, ya que hay varios tipos de ablación genital, algunas más severas que otras.

La Fundación Amref Salud África desarrolla programas de sensibilización y lucha contra la mutilación genital femenina, tanto en África como en el hemisferio norte. En África forma a las comunidades sobre los daños que causa la mutilación genital femenina mediante sensibilización y actuaciones concretas, y en Europa y América informa sobre qué es y por qué se practica.

Aunque nunca haya estado arraigada en Europa, con la globalización, la ablación genital ha empezado a afectar a residentes en el continente. Se calcula que en España viven unas 17.000 niñas provenientes de países subsaharianos en riesgo de sufrir mutilación genital femenina. Y las que ya la han sufrido es más difícil de determinar. Según el doctor Francisco Carmona, Jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Clínic de Barcelona, “no hay una estadística exacta. Se sabe de dónde proviene y de esas zonas cuál es la proporción de mutilación genital” y gracias a eso se puede calcular lo que podría haber en España, aunque con cierto margen de error.

Las secuelas físicas se solucionan, pero las psicológicas son más complicadas de aliviar

El doctor Carmona lleva varios meses realizando operaciones reconstructivas de genitales a pacientes que han sufrido la ablación residentes en España. Incorporó este tipo de cirugía a sus funciones como Jefe de Ginecología desde que en noviembre de 2015 la Generalitat nombrara al hospital unidad de referencia en Cataluña para las mujeres que deseen someterse a esta cirugía. Los resultados han sido satisfactorios desde la primera paciente que operaron. “La mujer tenía una ablación de tipo II, una cosa muy severa. Pero mejoró muchísimo, sobre todo desde el punto de vista psicológico. Se sentía mucho peor psicológica que físicamente”, apunta el doctor Carmona, añadiendo que, al conseguir una apariencia genital normal, mejora la autoestima y el estado emocional de la paciente.

Antes de que el Clínic incorporase este tipo de operaciones, ya se realizaban en otros centros privados. La Clínica Dexeus, pionera en este tipo de intervenciones, tiene programas de cirugía reconstructiva post-ablación desde 2007 y el doctor Iván Mañero empezó a practicarlas en su clínica en enero de 2015. En ambos casos son los centros los que asumen el coste de la intervención, que ronda los tres mil euros.

El doctor Mañero cuenta que ha atendido a una cuarentena de mujeres pero solo nueve han llegado a pasar por quirófano. “La presión que viven estas mujeres de toda su comunidad es muy fuerte. El sentimiento de pertenencia es muy importante y si su entorno no las apoya, es más difícil que den el paso”, afirma el cirujano. En el Hospital Clínic sucede un fenómeno similar. El doctor Carmona explica que en los dos meses posteriores a la implementación de esa cirugía atendieron a cinco mujeres, de las cuales solo operaron a una. “Declinaron operarse por razones personales”, comenta.

Es una intervención sencilla, que dura menos de una hora y requiere tan solo un día de hospitalización

En este tipo de intervenciones el componente emocional es muy importante. Es esencial que las pacientes sientan el apoyo de las personas que están a su alrededor, antes y después del proceso. Han sufrido algo más que una mutilación, algo que ya de por sí es grave, también han sufrido un duro golpe emocional.

Gracias a la operación, las secuelas físicas se solucionan, pero las psicológicas son más complicadas de aliviar. El doctor Mañero cuenta que, la primera mujer paciente a la que operaron, nada más abrir los ojos dijo “ahora sí soy una mujer entera. Ya tengo todo lo que me quitaron. Vuelvo a ser yo y nadie más me va a decir qué o quién soy”.

La cirugía reconstructiva ayuda a las pacientes a recuperar la capacidad sensitiva y el aspecto natural de sus genitales. Para el doctor Mañero “el aspecto importa y mucho.” Es esencial eliminar cicatrices y secuelas dolorosas derivadas de la mutilación para que los genitales mejoren su funcionalidad y al mismo tiempo la reconstrucción sea estética, para que la paciente se sienta a gusto con su cuerpo.

Es una intervención sencilla, que dura menos de una hora y requiere tan solo un día de hospitalización. En algunos casos incluso, la paciente se puede ir a casa ese mismo día. El postoperatorio es también sencillo y las pacientes se recuperan con rapidez. “A las pocas semanas, la paciente podrá hacer vida completamente normal y, en dos o tres meses, reiniciar su vida sexual”, afirma el doctor Iván Mañero.

Cuando una niña es sometida a la mutilación genital femenina se le quita un trocito de ella, de su feminidad. Pero tienen la oportunidad de recuperarla. Dar el paso de someterse a una cirugía reconstructiva de clítoris no es sencillo, y aunque dé miedo entrar a un quirófano, en este procedimiento las ventajas superan a los inconvenientes.

Raquel Martín pertenecen al departamento de comunicación de Amref Salud África

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