Negocios que liberan
Por Carmen Suárez Fernández de Oxfam Intermón
Irani Sen tiene ahora más de 60 años y es, en todo el amplio sentido de la palabra, una pionera del comercio justo. Una experta en detectar algo que ahora parece evidente pero entonces no lo era tanto en su entorno: el hecho de que “las mujeres en muchos países, si no son independientes económicamente, no pueden tener opinión, no pueden expresarse libremente ni ser independientes”.
Ella tuvo la visión y la intuición de unir estos dos conceptos: la independencia de la mujer y el Comercio Justo y, a través de su organización, Craft Resource Centre (CRC), creada hace ahora 26 años en India, su país natal, ha venido trabajando por lograr una mejora de la sociedad en general y de la mujer en particular, a través del comercio justo. CRC no es una gran empresa: tiene solo 18 trabajadores. Sin embargo, sus decisiones afectan a más de 1.000 personas que trabajan organizadas en 63 grupos productores que elaboran bolsos, pañuelos, joyas, artículos de papelería.
Hemos tenido la oportunidad de hablar con Irani Sen durante una visita reciente a España, donde su organización es proveedora de las tiendas de Comercio Justo de Oxfam Intermón. “Los principales objetivos de nuestra organización son tres: ingresos, salud y educación, y en este orden. Por eso pensamos que lo primero es darles a esas personas unos ingresos estables y así es más fácil motivarlos a preocuparse por su salud, por la de sus hijos, por su educación y por una planificación familiar” explica Irani.
A la hora de seleccionar a los grupos de productores artesanos que trabajarán en colaboración con CRC, Irani y su equipo ponen el foco en un requisito, que necesiten trabajar. “Cuando comprobamos esto, vemos si están preparados para hacerlo y pueden compartir su forma de trabajar y sus conocimientos con otras personas. Posteriormente, miramos si tienen herramientas, metodología de trabajo y tratamos de encauzar su producción hacia el mercado interno o el externo. No se trata sólo de producir, sino de vender. Tenemos que ser realistas. Y por supuesto, todo se debe producir siguiendo las normas del comercio justo”. Y es que para CRC es fundamental garantizar que los productos comercializados a través de ellos cumplen estos requisitos. Por ese motivo, afirma Irani, “los visitamos con frecuencia. Hay una relación constante con los productores para tener la certeza de que se cumplen todas las condiciones requeridas. También son auditados por organizaciones europeas y nos aseguramos que tengan el sello de Fair Trade”.
Respecto a las condiciones en las que trabajan los artesanos que colaboran con CRC, Irani explica, por ejemplo, que “en principio nos aseguramos de que no trabajen más de 8 horas al día excepto en algún caso especial, por algún pedido extra. También les garantizamos un taller espacioso, con buena luz, descanso para comer, para el té. No tienen que trabajar como si fuesen máquinas. Además, nosotros preferimos que las mujeres vengan a trabajar a un taller en lugar de hacerlo en sus casas, porque así tienen la oportunidad de hablar entre ellas, compartir sus problemas. Pero muchas veces las mujeres trabajan en sus casas mientras cocinan, atienden a sus hijos y eso no muy fácil. Además de garantizarles esas condiciones laborales –añade- también tienen ayudas sociales y económicas”.
A la hora de vender sus productos CRC lo hace principalmente a organizaciones que promueven el comercio justo, tipo OXFAM, pero también, precisa Irani “a otros compradores que no son exactamente miembros de organizaciones de comercio justo, pero que actúan como si lo fueran. Nuestra idea es vender a todo el mundo que acepte nuestros principios y nuestras condiciones, los tiempos de entrega de nuestros productos.”
Respecto al futuro de CRC, Irani lo afronta con optimismo. ”Nuestros planes - explica- son seguir desarrollando negocios, promover el comercio justo, hacer a los artesanos más conscientes de sus condiciones globales, de sus derechos humanos y, lo más importante, poder seguir haciendo este trabajo, no vernos obligados a cerrar mañana.”
Para no cerrar, para continuar con éxito esta empresa, desde CRC son conscientes de que deben estar también reciclándose cada día. “Empezamos hace muchos años en Comercio Justo y los gustos han cambiado. Además, han aparecido nuevos intereses entre los consumidores como la preocupación por el medio ambiente, la ecología. Así que tenemos que trabajar mucho en saber qué es lo que quieren los consumidores: los diseños, los colores, el tipo de productos. La demanda cambia constantemente y es muy difícil para nosotros decidir qué hacemos para que después se puedan vender los productos”.
Fotos: Oxfam Intermón
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