Mies van der Ramos

FOTO: Pepo Segura

Si está en Barcelona y no ha visitado nunca el pabellón Mies van der Rohe vaya a visitarlo. Hasta el domingo el Ayuntamiento de la ciudad invita a hacerlo sin abonar entrada. “Barcelona tiene que pasar de ser una ciudad modernista a enorgullecerse de su parte moderna”, ha dicho la nueva directora de la Fundació Mies van der Rohe, la arquitecta Anna Ramos.

FOTO: Catalá Roca. Traslado del ónix para el Pabellón Mies van der Rohe.

No hace mucho me encontré por una calle de Barcelona a una compañera de este periódico. Tras un accidente de circulación, ella ha pasado de moverse en moto a hacerlo en silla de ruedas. Con esa nueva vida, tomó la decisión de cambiar el centro de Madrid por el corazón de Barcelona. Buscaba ser lo más independiente posible. Y tras poner a prueba su silla en la calle decidió que las aceras y las calles de Barcelona le iban a permitir sentirse más libre y moverse con mayor independencia por la ciudad. Eso también es arquitectura. En la ciudad condal, ayer se cumplían 30 años desde que un grupo de arquitectos barceloneses culminó la reconstrucción del pabellón que el arquitecto alemán Mies van der Rohe diseñara para la Exposición Universal de 1929. Con ocasión de ese aniversario, la ciudad debatirá hasta octubre lo que esa reconstrucción ha supuesto para la arquitectura y para Barcelona.

Aunque esté pensada como una construcción temporal, la mejor arquitectura es siempre una lección eterna. De modo que la reconstrucción de un icono de la modernidad como es este pabellón fue un acto visionario, un ejercicio de responsabilidad, valor cívico y cultural que treinta años después arroja un balance de grandes logros y algunos fallos que la nueva presidenta pretende corregir.

Según explicó la Teniente Alcalde del consistorio barcelonés Janet Sanz, la arquitecta y profesora de la ETSAB Anna Ramos ocupa desde ayer el puesto de directora de la Fundaciò Mies van der Rohe “tras el primer concurso público celebrado para ocupar el cargo”. Sanz insistió en este dato tras la pregunta de una periodista provocada por el revuelo que ha causado el nombramiento de Ramos.

Hija del arquitecto Fernando Ramos –antiguo director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona así como uno de los autores de la reconstrucción del pabellón-, Anna Ramos ha visto como su nombramiento se cuestionaba en las redes sociales. Seguramente por eso, el presidente de la Fundació, Daniel Mòdol, inició su intervención con la broma de calificar el día de “Mies van der Ramos” en alusión a la presentación de la nueva directora de la Fundación y a la clase magistral que su padre dió por la tarde.

La falta de claridad en los nombramientos anteriores fue un fallo que el nuevo equipo directivo dijo querer subsanar. Así, la teniente alcalde Sanz detalló que a la convocatoria abierta para dirigir la fundación se presentaron 18 candidaturas, que todas tenían una relación estrecha con la arquitectura y muchas con la propia Escuela de la ciudad. Contó que el 30% de esas candidaturas eran extranjeras y que en el jurado que seleccionó a la directora también había profesionales de otros países.

Entre las propuestas de futuro, más autocrítica por haber hecho de un icono de la arquitectura moderna un monumento endogámico disfrutable fundamentalmente por arquitectos. Por eso Sanz indicó que estudiarían la posibilidad de instaurar una jornada, u horario, de puertas abiertas semanal para que la ciudad pueda regresar con frecuencia al pabellón. Aprender que la arquitectura nunca es inocente, y que si no suma resta y plantearse, en un edificio con los límites entre el interior y el exterior difuminados, qué fue la modernidad y qué de ese momento histórico no debería perder la ciudad es el gran reto para los próximos 30 años.